Aquí en Tamaulipas, supuestamente hacen campaña 332 candidatos a 147 espacios del Poder Judicial, divididos en diez magistraturas del pleno y una supernumeraria, cinco del Tribunal de Disciplina Judicial y tres regionales; así como 106 juzgados de Primera Instancia, uno de Ejecución de Medidas para Adolescentes, uno del Tribunal Electrónico en Materia Judicial y 20 menores.

Arrancaron la campaña el 30 de marzo próximo pasado junto con otros 21 que dimitieron paulatinamente, al considerar dispareja la contienda, bajo la argucia de que ésta, desde el inicio presentó candados con la prohibición a promocionarse en los medios de comunicación masiva ajenos a las redes sociales, en eventos públicos o en espectaculares y bardas.

Los más indignados, fueron quienes se inscribieron personalmente en este proceso. Optando dos decenas por retirarse, pero acusando que los acreditados por alguno de los tres poderes, de entrada, llevan clara ventaja.

A esa presunción se han sumado otros candidatos.

Pero le juegan a la chica, por aquello de que pudiera registrarse el voto de castigo.   

Como fuere, han transcurrido ya 50 días de los 60 dispuestos para que los aspirantes a juzgadores realicen labores proselitistas. Algunos si lo han hecho, debo reconocerlo, pero sin éxito, porque simple y llanamente poco o nada le significan a la ciudadanía.

Es más, por más que le busco y rebusco sólo contados candidatos son aptos para asumir una responsabilidad de tal envergadura, considerando que un buen juez debe ser imparcial, independiente, conocedor de la ley, justo, equitativo, prudente y cortés.

También debe ser capaz de escuchar, responder sabiamente, ponderar prudentemente y decidir imparcialmente.

La honestidad, la moralidad judicial y la probidad son fundamentales para su integridad.

Esas cualidades no las exhibe la mayoría de los actuales magistrados y jueces, pero tampoco los aspirantes, aun y cuando en sus promocionales (éstos) alardeen ser eruditos en materia de derecho y/o haber ocupado varios cargos en el sistema judicial o en áreas jurídicas de los poderes Ejecutivo y Legislativo.

Muchos de ellos han conocido los juzgados por trámites inherentes a su investidura de servidores públicos, pero pocos son los que han litigado a fondo y en forma en diversas materias o han hecho carrera judicial, lo que marcaría la diferencia con sus pares ‘recomendados’.

En fin, hay un documento que detalla claramente cada una de las cualidades y obligaciones que debe tener un juzgador.

Enseguida lo reproduzco, para que cada candidato pueda hablarle con claridad a quienes lo cuestionan sobre su papel a desempeñar en caso de salir airoso de esta contienda.

Imparcialidad e independencia: El juez debe actuar sin influencias externas ni prejuicios, tomando decisiones basadas en la ley y los hechos del caso.

Conocimiento de la ley: Debe tener un profundo conocimiento del derecho y la legislación aplicable para poder interpretar y aplicar correctamente las leyes.

Justicia y equidad: El juez debe ser justo en sus decisiones, considerando las circunstancias de cada caso y aplicando la ley de manera equitativa.

Prudencia: Debe actuar con cautela y reflexión, evitando decisiones precipitadas o impulsivas.

Cortesía y respeto: Debe tratar a todos los involucrados en el proceso judicial con respeto y cortesía.

Habilidad de comunicación: Debe ser capaz de comunicar sus decisiones de manera clara y concisa, tanto para las partes involucradas como para el público en general.

Honestidad e integridad: Debe ser honesto en su trabajo, libre de corrupción y con una conducta moral intachable.

Profesionalismo y excelencia: Debe estar preparado para su función, tener un buen desempeño y ser un modelo a seguir.

Capacidad para manejar la presión: Debe ser capaz de tomar decisiones justas bajo presión, sin que esto afecte su imparcialidad.

Adaptabilidad: Debe ser flexible y capaz de adaptarse a situaciones inesperadas.

Humildad: Debe reconocer que no sabe todo y estar dispuesto a aprender.

Diligencia: Debe ser responsable y cumplir con sus deberes de manera eficiente.

Proyección social: Debe ser consciente de la importancia de su labor para la sociedad y tener una actitud responsable.

Conciencia social: Debe tener una comprensión de las necesidades y problemáticas de la sociedad.

Compromiso de formación continuada: Debe estar comprometido con el aprendizaje continuo y mantenerse actualizado en materia jurídica.

Correo: jusam_gg@hotmail.com

Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.