Escuchar con respeto
Buenas tardes, queridos amigos. Siempre es un gusto saludarlos desde este espacio. Hoy quiero compartir con ustedes un fragmento del documento que terminé de escribir hace unos días. Me encuentro, entre otras cosas, preparando su impresión en formato de libro. Ya tengo, por cierto, algunos ejemplares de El dolor ajeno. Reflexiones sobre la empatía y el sufrimiento. Son proyectos breves, de entre 28 y 30 páginas, con portada y contraportada bien diseñadas.
Este segundo proyecto se titula: El biógrafo anónimo. Un oficio de escuchar. Como lo he mencionado en otras colaboraciones, se relaciona directamente con las historias de vida. Quien escribe este tipo de historias debe estar atento a muchos detalles que no pueden pasarse por alto.
Les comparto un nuevo capítulo de este documento.
Colaborar con respeto y apertura en cada etapa del proceso
En una relación profesional orientada a la creación de una obra biográfica, valorar genuinamente la opinión del cliente no es solo una cortesía, sino un principio fundamental. Aunque la experiencia y el conocimiento técnico del biógrafo son valiosos, reconocer que el cliente también aporta perspectivas esenciales enriquece profundamente el trabajo conjunto. Es clave crear un entorno en el que se sienta con la confianza y la libertad para expresar sus ideas y puntos de vista.
Tratar con dignidad a quien confía en nosotros
Es fundamental evitar cualquier actitud que haga sentir al cliente como alguien inexperto o desinformado, incluso en áreas técnicas como redacción, gramática o diseño editorial. Por el contrario, es importante alentar su participación activa e invitarlo a compartir sus ideas. Escuchar con atención y respeto refuerza su sentido de valía y puede abrir nuevas vías creativas gracias a la sinergia entre ambas partes.
Recuerdo, por ejemplo, a un cliente que me hizo varias sugerencias muy concretas: “Me gustaría que el libro llevara un garigoleado por las orillas de la portada”, me dijo en una ocasión. En otra, propuso: “¿Qué te parece si primero va el título del libro y abajo mi nombre?” Y también añadió: “El texto se vería mejor si agrandaras el tamaño de letra; en lugar de 14, ponle 16, ya que gente grande de edad como yo necesitamos ver las letras con más claridad”.
Cada una de estas observaciones, lejos de restar valor al proceso, me ayudó a recordar que detrás de cada proyecto hay una mirada única que merece ser considerada con atención.
La importancia de la colaboración
Una colaboración auténtica va más allá de la suma de aportes individuales: permite construir un relato más sólido y significativo. Estar abiertos a las sugerencias del cliente, analizarlas con criterio y discutirlas con respeto es parte esencial del proceso. Incluso en caso de desacuerdo, es importante exponer nuestra postura profesional con claridad, sin perder la amabilidad, priorizando siempre el diálogo y la construcción de consensos.
Cuidar el rumbo sin apagar la voz del otro
La eficiencia también implica mantener el enfoque. En cualquier proceso creativo, especialmente en el desarrollo de una obra biográfica, es natural que surjan ideas espontáneas o propuestas fuera de contexto. Sin embargo, las conversaciones deben girar en torno a los objetivos del proyecto, evitando desviaciones que puedan dispersar la atención o comprometer los plazos acordados.
Cuando el cliente sugiere algo que no aporta valor real al trabajo, no se trata de descalificar su intención, sino de saber conducir la charla con sensibilidad. Lo ideal es explicarle con claridad —y siempre con respeto— por qué cierta sugerencia podría no ser viable o pertinente en ese momento. Redirigir la atención hacia lo esencial, sin causar molestia ni incomodidad, es una habilidad que se cultiva con la práctica y el aprecio genuino por la otra persona.
Saber decir “no” sin cerrar puertas, y sostener límites sin levantar muros, es parte de nuestra responsabilidad como profesionales. Ser firmes pero amables nos permite cuidar tanto la calidad del proyecto como la relación con quien confía en nosotros. En última instancia, enfocarse no es rechazar ideas, sino proteger el corazón de la historia que juntos estamos construyendo.
Escuchar con apertura, decidir con criterio
Aunque la frase “el cliente siempre tiene la razón” no debe tomarse al pie de la letra, encierra una enseñanza valiosa: nos invita a escuchar con apertura, a no desestimar de inmediato lo que el cliente piensa, siente o desea. En el trabajo biográfico —como en muchos oficios de acompañamiento— no se trata de ceder en todo ni de adoptar una postura complaciente, sino de ejercitar una escucha activa que permita comprender las verdaderas inquietudes del otro.
Muchas veces, detrás de una sugerencia que a primera vista parece equivocada, hay una necesidad emocional legítima: el deseo de reconocimiento, de claridad, de pertenencia a la obra. Atender esa necesidad no implica necesariamente aceptar cada propuesta, pero sí detenerse a interpretarla con empatía. ¿Qué está queriendo comunicar realmente el cliente con este cambio? ¿Qué busca proteger, destacar o sentir como suyo?
Nuestra labor consiste en encontrar el punto medio entre la sensibilidad y el criterio profesional. Cuando logramos explicar con claridad por qué una sugerencia no funciona —o cómo podría adaptarse sin dañar la estructura del proyecto— estamos no solo cuidando el resultado, sino también fortaleciendo la relación de confianza.
Escuchar con respeto, valorar la perspectiva ajena y decidir con argumentos firmes pero amables es parte del arte de colaborar. Porque en el fondo, el trabajo no se trata solo de tener razón, sino de construir algo con sentido, juntos.
Escuchar con respeto no es una concesión ni una estrategia de complacencia; es una forma de honrar la experiencia del otro y reconocer que cada historia contada es, antes que nada, un acto compartido. En el oficio biográfico, la sensibilidad para integrar la voz del cliente con criterio y cuidado no solo mejora el resultado final, sino que dignifica el proceso mismo. Al final, la colaboración auténtica no nace del control ni de la sumisión, sino del equilibrio respetuoso entre saber guiar y saber escuchar.
Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista
Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.
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