No son tiempos para amigochos (as)
En tiempos no muy lejanos, cuando tomaba las decisiones para prescindir de los servicios de un mal colaborador, había que escoger entre la querencia y la conveniencia, la primera era que tanto cariño le tenía a quien ocupaba por desméritos propios ese peldaño para ser expulsado, y la segunda y más importante, el cuidado meticuloso hacia la empresa y al empleador que habían confiado en cada uno.
Fueron momentos difíciles, más en los primeros despidos, siempre apegados a la ética y a la ley del trabajo, sin embargo, después decreció la auto culpabilidad; nada ni nadie podía obstaculizar el crecimiento de la organización.
Tras esta remembranza, muy propia de la iniciativa privada, me suena la alarma de que en la burocracia deberían de pensar así, sin embargo, no lo hacen, ya que los compromisos políticos, de financiamiento en campañas y de amistades en cualquier etapa de la vida, se llevan los ideales o el profesionalismo y prevalecen los caprichos, al pensar los gobernantes equivocadamente: “Si los corro, yo soy quien me veo mal” o, “No puedo, son mis amiguis de siempre”.
¿Qué culpa tiene el país, el estado y nuestras ciudades si el titular de cualquier Dirección o Secretaría, llámese como se llame, ya demostró que no puede con la encomienda y la ciudad crece en suciedad, en baches o en mala imagen pública?, lo mejor sería que él o la que manda se deshaga de sentimientos bondadosos y voltee a ver a quienes lo llevaron al cargo.
Eso de andar solapando inútiles, financiadores y gestores del sufragio, es contagioso con grado progresivo, por ello, en un momento de reflexión, cada uno de los que el pueblo eligió mediante el voto, como muestra de confianza, debe de girar el timón del barco y deshacerse de los o las amigochas y dejar de hacerse de la vista gorda.
Nunca es tarde para replantear los objetivos, los proyectos, los ideales; recuerden cuando soñaron en ser candidatos, luego en ganar, para después trascender.
Olvidar sus principios y creerse la falacia que son mejores que las mayorías, no significa que la comunidad no tiene memoria, que quedará en las pláticas generacionales para la posteridad, recordando a quien lo hizo bien o, como es el tema de hoy, al ahí se va.
vientosdelsur@infinitummail.com
Guillermo Gutiérrez González
Matamorense de nacimiento, adoptado hace 43 años en Tampico, ex director de Noticieros de Televisa del Golfo por 37 años, autor de la columna “Vientos del Sur” con temas políticos y sociales del acontecer del país, pero con enfoque a Tamaulipas y en especial al Sur de la entidad.
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