La muerte de un hijo

José María Leal Gutiérrez, como rector de la Alma Mater, siempre ha buscado inculcar a los jóvenes una conciencia de buenos estudiantes, que sean analíticos, que sean críticos, pero sobre todo, que tengan conciencia del momento y las circunstancias que viven. Por eso, la Dirección de Servicio Social y Valores, promovió que Rubén García Novoa, un piloto de Nascar, impartiera una conferencia.
 
Tiene sentido la conferencia del piloto de la Nascar si tomamos en cuenta que, en estos tiempos –de pronto-, hay rachas de accidentes viales en donde participan jóvenes; e, incluso, en más de una ocasión han perdido la vida. Manejar puede ser fácil; pero no se prevé las consecuencias que, por no hacerlo de manera correcta, pueden llevar a la muerte.
 
Escuchar las palabras de Rubén García, de cómo los padres son los culpables de que los chavos choquen, me hizo recordar a Beto Quintanilla, el rey del corrido, de cómo en “Le compre la muerte a mi hijo”, describe la emoción de manejar su carro nuevo, un camaro, pero que un día, por la velocidad, tiene un accidente y muere. Así, de simple, es como en el corrido el padre admite la responsabilidad de las consecuencias.
 
Efectivamente basta revisar las informaciones policiacas es suficiente para percatarnos de cómo los jóvenes son protagonistas de accidentes y, unos, lamentablemente con fatales consecuencias. Afirma el piloto: “La verdad es que aquí el tema es que los chavos se concienticen con la información, pero sobre todo creo que la responsabilidad está en los padres, porque son ellos los que les permiten conducir los autos sin tener la capacitación”.
 
Cuando la Universidad desarrolla este tipo de acciones muestra su compromiso y su vinculación con el entorno. El joven, por lo regular, busca demostrar que ya es autosuficiente; de ahí, recuerden, esa expresión de lo que piensa el hijo del papa:
 
A los catorce años: me parece que papa se equivoca en algunas cosas que dice.
A los veinte años: papá está un poco atrasado con lo que me dice, no es de esta época.
 
A los veinticinco: el viejo no sabe nada…esta chocheando.
 
La diferencia entre un padre y un hijo, la más obvia, es que el primero tiene ya experiencia; de la que carece el hijo y, en esa coyuntura, es como el hijo repite una y otra vez los errores que cometió el padre, precisamente, porque no escucha los consejos, como se dice, del “viejo”. Y la Universidad, con sus programas de Valores, no sustituye al padre, pero busca crear conciencia de responsabilidad y sobre todo de amor a la vida.
 
CONTRAESQUINA.
 
Egidio Torre Cantú inauguro el Primer Foro Regional de Turismo de Salud. El evento se realizo en Reynosa y fue la oportunidad del gobernador, para explicar que el fenómeno turístico medico es consecuencia de que, en la frontera, exista una excelente infraestructura medica. Por mucho tiempo, recordamos, Nuevo Progreso –en frontera con Estados Unidos-, fue una especie de “turismo medico” y de pronto, eso se perdió. Con el Primer Foro de Turismo Medico resulta obvio que nuevamente la frontera es objeto de los beneficios de este renglón económico.
 
Elba Esther Gordillo, a iniciar el Congreso Magisterial, allá en Cancún, advirtió que no será sirvienta de nadie (que no será, dijo, Secretaria de Educación) y advirtió de los factores de poder que buscan al sindicato y luego lo desechan. Ni modo, hay que pensar en lo que sucedió con la alianza del PRI-PANAL en la elección presidencial: ¿prepara alguna revancha, un desquite, contra el PRI y Peña Nieto?
Acercar al gobierno a la ciudadanía y evitar que existan manifestaciones continuas, es decir, marchas y plantones, es el propósito de Eric Silva en su chanba de Coordinador de Desarrollo Político en la entidad. Sabe, bien que sabe Erick, que la ausencia de este tipo de manifestaciones es un síntoma de gobernabilidad y legitimidad del Gobierno, es decir, que de el gobierno de Egidio Torre Cantú es un buen gobierno.
 
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