Como personas que expresamos nuestros puntos de vista vía escritos tipo columna de opinión, estamos sujetos a la diversidad de opiniones que se generen por el contenido de las mismas. Estas precisamente son colaboraciones en donde los que escribimos expresamos nuestros puntos de vista y damos información que cada cual considere relevante en cada escrito que emitimos.

Cada quien sabrá qué tipo de información comparte, en mi caso siempre contemplo hacerlo de una manera genuina y verídica. No soy de los que suele utilizar recursos cómo inventar temas, la exageración de especulaciones o la denostación marcada como para llamar la atención o generar polémica y por ende más lecturas.

Aún que no utilizo nombres de las personas por el respeto a ellos (as) y a la secrecía en cuanto a las fuentes informativas se refiere, les aseguro que son reales. Siempre trato de verificar la información previamente antes de exponerla. Es más, muchas veces hasta me abstengo de contar muchas anécdotas, casos, situaciones que se suceden y que pueden llegar a ser muy controversiales.

Cada quien sabe qué cuenta y cómo y lo que esto genera al hacerlo. Ayer tuve una charla con diversas personas acerca de lo que se vive en los medios informativos actualmente en nuestro entorno y el uso de las plataformas sociales que recientemente usan más para ello.

Desde la creación de páginas genuinamente informativas como aquellas creadas con el claro objetivo de usarlas para ataques y creación de contenido inventado. (fake news) Esto se ha vuelto cada día más común como lo es la utilización de los llamados “bots”. Otro tema sobre la mesa fue el de los casos de animadversión entre columnistas y actores políticos.

Derivado de diversos casos que se han presentado últimamente, en donde cada quien utiliza sus plataformas para expresar, atacar, aludir, señalar, defenderse, etc. El libre albedrío nos da la oportunidad de expresarnos y actuar acorde a lo que cada quien considere pertinente pero hay que ser responsables de lo que cada quien hace.

En el caso de los columnistas es algo más transparente ya que nuestros nombres y fotos aparecen en los portales, caso contrario a las páginas que le ponen “x” nombres pero que muchos no saben quiénes las manejan. Y esto es un recurso como ya comenté que últimamente los políticos usan mucho, ya sea por personas externas o por personal de las áreas correspondientes de comunicación social.

Ahora, en el caso de los servidores públicos, ellos están expuestos a la crítica y al escrutinio social, es parte del paquete que les toca al estar en esos puestos. Les guste o no así sucede, hay algunos que saben manejarlo y otros tantos que no o que se molestan mucho.   

Mucha de la información es derivada precisamente de las acciones que hacen o dejan de hacer y no termina siendo verídico solo porque uno lo diga o lo exponga. Si un gobernante no está haciendo su trabajo como debería pues estará sujeto al reclamo social y crítica.  Por poner un ejemplo, si en una administración municipal están fallando los servicios públicos, ¿Pues de quien obviamente es la culpa?

Claro que en muchos casos la crítica aminora o se incrementa dependiendo de los intereses existentes, ya sean personales, políticos, grupales, monetarios, etc. Pero existen casos en que se vuelven ya muy marcadas las posturas y las acciones que se derivan de enfrascarse en rivalidades ya muy cantadas.

Si yo digo que México es un país en donde la corrupción e impunidad es alta, no es fruto de solo una opinión mía, simplemente es algo que sucede y que forma parte de nuestro entorno, como si dijera que Finlandia es de los países con menos corrupción en el mundo. No es una interpretación, es un hecho comprobable con estadísticas.

Otros tantos contenidos informativos sí son fruto de la opinión de cada quién. Lo que sí es otro hecho es que desafortunadamente en nuestro país se vive violencia ante el gremio que informa y más cuando sus trabajos periodísticos exponen a los perpetradores. El caso de las muertes, amenazas o personas como Anabel Hernández que tiene que vivir hasta fuera del país a consecuencia de su trabajo.

Debemos ser tolerantes y congruentes, la violencia solo genera violencia y en un país con altos índices de esto, pues no tendríamos por qué estar haciendo que se incremente el problema. Tristemente es algo más fácil dicho que hecho y en el corto plazo será difícil ver un cambio.

En el caso de los que escriben y/o escribimos columnas estaremos sujetos a que nos lean o no dependiendo del contenido que generamos. Ojo, no siempre las mejores colaboraciones son las columnas con mejor contenido o con temas de gran interés local, nacional o mundial. Muchos lectores llegan a preferir aquellas que hagan más polémica o que cuenten más cosas estilo “chisme”, Eso ya es decisión de cada lector a raíz de su gusto muy personal.

Escribir pudiera no parecer extraordinario pero tiene su chiste, se le invierte tiempo al escribir y otro tanto para estudiar y cultivarse más en los temas de relevancia. Muchos pudieran criticar pero tampoco lo hacen ellos mismos, es como hablar el lenguaje español, puedes hablarlo pero no quiere decir que seas muy culto o letrado o no porque escribas quiera decir que se es muy inteligente. pero sí al menos lee y practica uno más.

En lo personal me he llevado más que gratas sorpresas al toparme con gente que me ha expresado que leen mis columnas, hombres, mujeres, políticos, empresarios, etc. De hecho volví a retomar la costumbre de hacerlo más seguido debido a que me topaba con personas que me preguntaban el por qué había dejado de escribir, y me incitaban a retomarlo, lo cual de todo corazón y con gran humildad les gradezco a cada uno de ellos así como a todos los que se toman su tiempo para leer mis escritos, en verdad muchas gracias.

Como en pasadas columnas lo he expresado, mi intención desde un inicio siempre fue generar contenido que invite a la reflexión y el análisis de las diversas temáticas que uno aborda. Tan así que el título de mí columna fue concebido con esa idea, para redimir el intelecto.

La intención de esta columna es generar conciencia de nuestra postura y entorno y sí, últimamente se radicaliza la animadversión entre diversos columnistas y entes gubernamentales oficiales o personajes específicos. Solo uno esperaría terminará prevaleciendo la razón y la empatía entre los involucrados. Pero también externo que debemos de privilegiar la libertad de expresión, claro con respeto y argumentos.

Es precisamente el por qué se dice que la prensa o el llamado cuarto poder, es el que puede llegar a ser una herramienta para mantener a raya a aquellos con poder y que quieren abusar de él.  Rodolfo Walsh dijo que “El periodismo es libre o es una farsa” o puede ser como otro comentó, “la artillería de la libertad”.

Pero como quiera que usted lo quiera ver estimadísimo lector, culmino con un genuino deseo retomando las palabras de John Lennon, “démosle oportunidad a la paz.”

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)