Ciudad Victoria, Tamaulipas. - El fin de semana se pudo observar por las carreteras de Tamaulipas, un incremento considerable de vehículos con placas americanas, el motivo de esto; los “paisanos” regresan a casa como cada año, para pasar las fiestas decembrinas con sus seres queridos.

Durante el pasado sábado, los cruces fronterizos de Tamaulipas estaban al tope, miles de connacionales esperaban ansiosos por tocar suelo mexicano, y con ello alimentar más las ganas de estar pronto en casa abrazando a sus familias, muchos de ellos ya llevaban varias horas manejando para llegar a la frontera que divide Estados Unidos y México.

Largas filas de camionetas, muchas de ellas lujosas, repletas de regalos, pero no solo cargaban eso, sino también a bordo viajaba la ilusión de muchas personas de que el camino se hiciera más corto, que los minutos fueran menos para poder llegar a su tierra natal y fundirse en un caluroso abrazo, ya sea con su mamá, esposa, hijos o hermanos, esa familia que por meses o por largos años han dejado de ver presencialmente y solo por mensajes o videollamadas están en contacto con ellos.

Estos mexicanos que radican en Estados Unidos en su mayoría llevan años trabajando “en el otro lado”, muchos de ellos ya cuentan con su ciudadanía americana o su residencia, otros tal vez solo se van por temporadas con pasaporte y permiso para trabajar, y tendrán que esperar volver a tramitar sus permisos para regresar a Estados Unidos a trabajar y poder mandar dólares a sus hogares.

Miles de “paisanos”, que por años se encuentran laborando en Estados Unidos, ha sido porque las circunstancias los orillaron a tomar la decisión, salirse de su lugar de origen para irse a trabajar, en la pizca, en la yarda, empleados domésticos, en un sinfín de trabajos y poder darles a sus familias una buena vida, en ocasiones hay quienes se van con todo y familias, otros tienen que partir a tierras americanas solos con su maleta cargada de sueños y ganas de progresar.

Muchos son los sacrificios de irse lejos de casa a trabajar en un lugar que ni siquiera es tu país, desde perderse cumpleaños, no estar en las graduaciones escolares de sus hijos o hasta perder a un ser querido y no poder darle el último adiós.

Tristemente lejos de la “buena vida” que puede tener el “paisano” en tierras americanas, también está ese lado triste de la moneda, no todo es color de rosa en la vida de un “paisano”, ellos llegan con la ilusión del “sueño americano”, pero están allá con el sueño de volver pronto a casa y reunirse con sus familias.