Roma. -  Ante la creciente crisis del hambre, Qu Dongyu, líder la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) señaló, en el marco del Día Mundial de la Alimentación, la necesidad de “aprovechar el poder de la solidaridad y la acción colectiva” para construir un mundo sostenible con suficiente para comer. para todo el mundo.

Qu Dongyu encabezó la ceremonia en la Sede de la FAO en Roma, declarando que, con el empeoramiento de la seguridad alimentaria y el riesgo de niveles graves de hambre en Asia y África en su punto más alto, el mundo no debe “dejar a nadie atrás”.

En un video mensaje, el líder de la Organización de la Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, señaló que se estaba llevando a cabo “en un momento desafiante para la seguridad alimentaria mundial”.

La asombrosa cantidad de tres mil millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable; la guerra en Ucrania ha provocado un aumento de los precios de los alimentos, los fertilizantes y la energía; y los más vulnerables están siendo golpeados por la pandemia, la crisis climática, la degradación ambiental, los conflictos y la profundización de las desigualdades, contextualizó.

“El número de personas afectadas por el hambre se ha más que duplicado en los últimos tres años”, dijo, y agregó que “casi un millón de personas viven en condiciones de hambruna, con el hambre y la muerte como una realidad diaria”. 

Haciendo referencia al tema de este año, “No dejes a nadie atrás. Mejor producción, mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una mejor vida”, Guterres señaló que los agricultores necesitan acceder a fertilizantes a precios razonables para garantizar suficientes alimentos el próximo año.

Los gobiernos, los científicos y la sociedad civil deben trabajar juntos para que las dietas nutritivas estén disponibles y sean asequibles para todos, y las instituciones financieras deben aumentar el apoyo a los países en desarrollo.

“Juntos, debemos pasar de la desesperación a la esperanza y la acción”, reslató en su mensaje el Secretario General, y acotó que “en el Día Mundial de la Alimentación y todos los días, los llamo a ser parte del cambio”.

La conmemoración tuvo lugar en un momento en que la seguridad alimentaria mundial se enfrenta a múltiples amenazas, elevando los precios de los alimentos, la energía y los fertilizantes por las nubes en medio de la crisis climática y los conflictos de larga data.

Además, el efecto colateral de COVID continúa destacando cómo las economías y las vidas se han vuelto interconectadas, ya que 970,000 personas corren el riesgo de hambruna en Afganistán, Etiopía, Somalia, Sudán del Sur y Yemen.

El último informe de la FAO, el estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo, revela que el hambre en todo el mundo va en aumento.

 Un mensaje leído en nombre del Papa Francisco recordó que las personas “no son sólo números, datos o un flujo interminable de estadísticas”.

Álvaro Lario, presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), dijo que el día debería ser un llamado a intensificar la acción para “ayudar a los pequeños agricultores de las zonas rurales, que suministran alimentos a sus comunidades y países… a pesar de la desigualdad, la vulnerabilidad, la y pobreza”.

El jefe del Programa Mundial de Alimentos (PMA), David Beasley, describió la crisis de disponibilidad de alimentos como su “mayor preocupación”, y dijo que “el mundo debe abrir los ojos a esta crisis alimentaria mundial sin precedentes y actuar ahora para evitar que se salga de control”.