El chiste se cuenta solo.

Estados Unidos es el principal instigador y azuzador de la guerra de Rusia contra Ucrania, y no mete ni un dedo para entrar a ella.

No se mete a esa esfera de fuego, muerte y destrucción y tampoco lo hará.

Deja que ucranios y rusos se maten solos mientras el dólar alcanza un poderío inusitado, nunca antes visto.

Su moneda se restablece, porque aparte de proyectar una guerra de armas letales, también es una guerra económica.

Mientras que el rublo se deprecia en grado ínfimo.

Estados Unidos es instigador de esa guerra desde que a través de su brazo armado, la OTAN, ordena las reglas dictatoriales desde Washington para que los miembros pertenecientes a esa asociación de muerte las ejecuten.

Mismas reglas que todos los países europeos, comenzando por España, Francia, Reino Unido, Bélgica, Suecia, Suiza, Italia, etc etc, obedecen sin chistar.

Es Estados Unidos quien les marca la agenda.

La OTAN ha emprendido una campaña rusofoba en Europa que a fuerza de terquedad, quisiera hacer desaparecer al país más grande del mundo del mapa. A Rusia.

Todo Europa ha entrado en pánico pues nunca alguien había osado poner en riesgo a los países del norte del mar mediterráneo, sino hasta hoy Putin lo hace.

Saben que su extensión territorial vale poco menos que un costal de devaluadas papas, por tan minúsculos que son sus países.

Para describir un poco, una bomba nuclear desaparecería de la faz de la tierra hasta a las hormigas del subsuelo.

Toda Europa de occidente cabe hasta seis veces en Rusia, para que usted amable amigo se dé cuenta de qué tamaño es el miedo.

En contraparte la hipocresía de sus líderes -de los líderes europeos- es tan monstruosa, que haga usted de cuenta que es la moneda de cambio que usan, antes que el euro.

Baste oír a los parlamentarios españoles que osan decir, "traigannos a todos los Ucranianos que puedan a vivir a España; ellos sí son refugiados de verdad, refugiados de guerra, no como los africanos o los sirios, ".

Atención, como agregado cultural, eso lo acaba de decir el líder de VOX, el mismo que vino a México a endiosar a la senadora Lily Téllez, un hombre llamado Santiago Abascal, perteneciente a la derecha radical, es decir, a la ultraderecha.

Así pues, vemos con estupefacción que en la guerra Rusia-Ucrania hay también muertos de primera y muertos de segunda.

Y refugiados de élite y refugiados de cuarta.

Volvamos al tema.

Si Europa entera cabe dos veces y medio en el territorio de México, imaginen ustedes cuántas veces no cabrá en Rusia.

Más de seis, saquemos cuentas.

Eso sí, Europa se siente el ombligo de la tierra.

De ahí que el pánico que manifiestan por el hecho de que existe un hombre llamado Vladimir Putin que ha osado iniciar una guerra en los linderos de ese micro continente, es justificado.

Se entiende.

Pero lo peor, así como son los europeos de chiquitos, así son de cerebro y de corazón, chiquitos, empequeñecidos, y lo peor, acomplejados.

Eso es lo peor.

Putin es presidente de la nación más grande de la tierra. No se le ve fin.

Para que se den idea, el tren transiberiano tarda seis días en recorrer su ruta habitual, ¡¡ seis días !!

Son 8960 kilómetros los que diariamente recorre hasta llegar a los linderos de China, Mongolia y las dos Coreas.

Es un mundo de extensión territorial, repetimos, un mundo.

Es otra tierra para un solo país.

China es lo mismo.

Es por eso que cuando el león ruge, el gatito se estremece.

Innumerables veces Vladimir Putin le dijo a Estados Unidos, no traspasen los linderos de la paciencia, no traspasen los linderos de nuestra paciencia.

Fácilmente Putin le dijo cien veces con claridad a Biden, Trump y a Obama, no instiguen a la OTAN a qué se acerque a nuestras fronteras a través de Ucrania

Pero EEUU desoyo el consejo.

Europa tiene pánico por tanto de que una bomba nuclear caiga sobre su territorio y mate a todo ser viviente que respira en ese micro terreno.

Francia cabe 4 veces en México, repetimos, y España cabe 3.

No quedaría piedra sobre piedra, lo sabemos.

Es por eso que fastidia tanto el hecho que los europeos sean tan presumidos, y que osen menospreciar tanto a las etnias que angustiosamente arriban a Europa desde África, medio oriente, Siria, Marruecos, Libia, Etiopía, Argelia, etc etc.

Ciudadanos que huyen por la misma razón por la que están huyendo en este mismo momento los Ucranianos, el miedo a la muerte.

Dicen que un ateo solo se convierte a Cristo solo si va desplomándose a tierra el avión en que vuela.

Solo así cree en Dios. Y aun así lo dudará.

Pero hay quienes ya no creen en Dios, son dioses.

Ucrania está sintiendo el fuego del infierno en este momento y qué lamentable es ese hecho.

Cuánto dolor, cuánta angustia porque son niños y ancianos los que más sufren, los que quedan en la orfandad.

Pero por eso Estados Unidos ni Europa deben sentirse los reyes del mundo.

La vida es más que estrategia de guerra, expansionismo y mapas geopolíticos.

México perdió la mitad de su territorio hace 170 años por causa de insolentes ladrones venidos de Europa que al mismo tiempo liquidaron a más de siete millones de indígenas originarios reduciéndolos casi hasta el grado del exterminio.

Existen, ya para culminar este pergueño, casos documentados de racismo y xenofobia en las fronteras de Ucrania dónde a africanos negros, a chilenos, a hindúes y a ecuatorianos, los relegaron dejándolos para el final, por su color de piel porque coludidos con agentes de migración de Polonia, los funcionarios ucranianos preferían sacar de ese país en guerra primero a blancos, y luego a Indios (de India), a latinoamericanos y africanos.

Bien por ahora es todo, hasta pronto.

Marco Antonio Torres de León

Estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en CUTM, laboró en diarios como El Sol de San Luis. Inició en el diario La Opinión de Matamoros como reportero de deportes. Posteriormente trabajó como reportero de información general en Expreso de Mante en 1999, en Noticias del Sur (hoy Cinco Noticias, El Signo de Mante, El Matutino)