< ¿Amenaza o estrategia del alcalde Gattás?

< JR el hombre fuerte en la campaña de AVA

1.- Este jueves en las reuniones de café y corrillos políticos donde se comentó la “supuesta” amenaza de muerte del alcalde de Victoria, hubo escepticismo, nadie o muy pocos de los “cafetólogos” expertos en el quehacer políticos dieron credibilidad a la denuncia de Eduardo Gattás. Son pocos los que le obsequian el beneficio de la duda.

La mayor parte de los observadores piensan que la ocurrencia de Gattás, persigue un interés en estos tiempos en que su líder nacional está en el centro del huracán mediático, y que él mismo, está siendo objeto de investigaciones por parte de la UIFE. Consideran que quizá es una estrategia para distraer la atención pública en el primer caso, y victimizarse en el segundo tema, o por lo menos eso debe esperarse.

De tal manera, que la denuncia que tentativamente va a formular en la Secretaría de Gobernación, por supuestas “amenazas de muerte” despiertan suspicacias.

Ni los Ediles más conspicuos, con auténtico liderazgo, mayor influencia por gobernar poblaciones más grandes y con mayor presupuesto, que son los casos de Carmen Lilia Canturosas, en Nuevo Laredo, Adrián Oseguera en Madero o Mario López en Matamoros, han sido objeto de algo similar a la historia que cuenta el de Victoria, ni siquiera dos de ellos que ejercen su reelección.

Ahora, si esta historia es un argumento para contratar el servicio de escoltas, que tanto censuraron los morenistas en anteriores administraciones, pues ya tiene la solución. De hecho nadie se sorprenderá, quizá ni lo van a señalar por contratar “guaruras” profesionales a cargo del erario público, todos estamos conscientes de que cualquier alcalde representa una oportunidad ($$$) de atentado o secuestro de sus familiares.

Tiene suerte Gattás de que sólo le enviarán mensajes (uno o varios, no sabemos), que quizá es broma.  La historia está llena de experiencias, a Eugenio Hernández siendo gobernador lo bajaron de su camioneta (no sirvieron los escoltas) y lo raparon, para demostrarle lo indefenso que estaba, pese a la protección que llevaba.

Esta clase de mensajes para que tengan impacto en el “afectado” va acompañada de una acción que lo haga verdaderamente reflexionar, no son simples mensajes, eso hay que dejarlo para los enamorados. ¿Cuáles son esas acciones? Bloquean su vehículo, lo bajan, le dan un par de golpes a sus guaruras enfrente de él, para que compruebe que estos no lo pueden salvar en una emergencia, y el mensaje es .

Esos episodios son reales, y los afectados usualmente callan, porque la declaración mediática, o ante una autoridad no los va a proteger, ni siquiera del ridículo, no les va dar la solución, pero pareciera que Gattás lo que busca es un golpe mediático.

Si ese era el propósito, ya con estas líneas aporté mi cuota.

2.- El periodista Carlos Loret Saltó de un espacio de primera categoría en la televisión mexicana, para ubicarse en uno de los periódicos más importantes y antiguos de Estados Unidos, el Washington Post; un medio que reúne a varios Premios Pulitzer y que por su redacción han pasado periodistas de la talla de Bob Woodward y Carl Bernstein, quienes fueron autores de las investigaciones que desembocaron en el Wateergate que provocó la caída del Presidente Richard Nixon.

El mismo periódico que ostenta hoy un Pulitzer por poner al descubierto manejos ilegales de Donald Trump, siendo Presidente de los Estados Unidos.

Por esos y otros muchos episodios políticos y sociales el Washington Post es muy respetado en su país. Ese es el tamaño del actual patrón de Carlos Loret, quien ahora forma parte del círculo sobresaliente del periodismo internacional.

Loret está en el lugar preciso, donde poner al descubierto las actuaciones de la familia en el poder de nuestro país, será un tema debidamente valorado y con la imposibilidad de detenerlo, porque el Post sabe que estos actos mediáticos se convierten en circulación y ésta a la vez en escaparate de publicidad.

Ni Nixon, ni Trump con sus respectivos presupuestos de comunicación social lograron cambiar el rumbo de las historias que ya conocemos.

Los asesores de Palacio Nacional no han dimensionado las tierras movedizas en que está caminando AMLO ¿O se habrán dado cuenta?

3.- Lo que era de esperarse, Rodolfo González Valderrama fue reinsertado en RTC, donde al parecer nadie ocupó la Dirección que había estado a su cargo y que hoy retoma, quizá hubo un encargado de despacho que cuidó la silla porque ya estaba escrito que el tampiqueño regresaría a esa responsabilidad.

El 26 de enero próximo pasado, en este mismo espacio, comentamos que el regreso de Rodolfo a la Cd. de México era inminente, que no era oportuno su desempeño en la Delegación de Programas Federales para el Desarrollo de Tamaulipas, que es pieza clave en la operación política que impulsará en su momento la candidatura de Américo Villarreal, y de la cual conoce perfectamente su funcionamiento y aportación electoral, José Ramón Gómez Leal.

JR es la mano derecha de Américo, y será el hombre fuerte en la campaña electoral próxima a desarrollarse, y si el médico llega a Palacio de Gobierno, Gómez Leal será el número 2 en el poder, se lo habrá ganado con trabajo, con lealtad, y hasta con financiamiento.

En fin las piezas empiezan a colocarse en el tablero político, el arribo del exalcalde de Güemez, Luis Lauro Reyes Rodríguez, como titular de la Delegación Federal que presidía Rodolfo González Valderrama, tiene un claro propósito. Cuentan en ese municipio donde gobernó, que ahora es millonario, de tal manera que además de asumir la responsabilidad federal, será uno de los patrocinadores de la campaña.

Y dicen muchas cosas más de Luis Lauro que no nos consta, por eso ahí la dejamos.

Ana Luisa García García

(15-Nov-1950) es licenciada en Periodismo por la Universidad Veracruzana generación 1969-1973.

Ejercicio profesional en los siguientes medios: El Dictamen de Veracruz, El Diario de Cd. Victoria, El Universal y Ovaciones en la Cd. de México, El Heraldo de Tampico. Autora de la columna Argot Político en El Mercurio de Tamaulipas (1988-1989) y de la columna Presencia publicada en La Verdad (1987-2016) y en diferentes portales informativos.