Si bien es cierto que en el sexenio federal en curso hemos llegado a su máxima expresión, pero en realidad más o menos desde el régimen de Miguel de la Madrid Hurtado la clase política nacional ha destacado progresivamente por escamotear cínicamente la verdad; escamotear la verdad quiere decir desaparecerla, ocultarla o robarla; significa ser un prestidigitador de la verdad.

Llegamos al clímax de escamotear la verdad con el asunto del conflicto de interés en que incurre la familia presidencial, vía un hijo y nuera del señor presidente; Carlos Loret de Mola fue el mensajero que distribuyó dicha información y desde que se hizo pública estamos viviendo escamoteos inéditos; dos bloques de grupos sociales altamente politizados se disputan la atención nacional del respetable; los que sin más bases que la simpatía condenan a Loret y defienden al señor presidente y los que sin más bases que el odio al señor presidente lo condenan e invitan a que "renuncie" por corrupto.

Pocas voces-letras sensatas se han escuchado y /o leído; pocas opiniones que centren la discusión pública sin sobre dimensionar los hechos, más bien pocos análisis que CONCRETEN los hechos.

Lo que estamos viendo son discusiones casi pasionales en los medios de comunicación comerciales y en las redes sociales desahogos por dos motivos básicos: los que en verdad y sin escamotear la verdad creen en la seriedad de la investigación difundida por Loret de Mola y por tanto lo defienden y los que sin escamotear la verdad creen que el hijo del señor presidente no tenía ni idea de que incurrió en conflicto de interés, al aceptar vivir en una lujosa vivienda texana propiedad de un proveedor de bienes y servicios a PEMEX.

A partir de ahí, ciertamente con fundamento, los adversarios políticos del presidente desde luego festejan un hecho evidente, notable y destacable: la bandera de "no somos iguales" esgrimida por AMLO para deslindarse de las corrupciones sexenales priístas y panistas del pasado, esa bandera de santidad se cae al piso como si fuera de plomo.

Por eso tanta pasión en escamotear la verdad; los defensores del señor presidente decidieron atacar con todo al mensajero; el joven Carlos no dormirá tranquilo por lo menos el resto del año 2022. Y los defensores del joven Carlos, como leopardos que huelen la sangre de su presa, sienten que es momento de seguir el acoso mediático contra el señor presidente.

Sin duda, creemos nosotros, para una pelea de corto plazo tiene más cartuchos mediáticos ( y económicos) la presidencia de la República y las instituciones y organismos simpatizantes de AMLO.

No vemos sensatez en ambas partes; no vemos opiniones serias que dimensionen y califiquen la investigación periodística difundida por Carlos Loret de Mola, como tampoco vemos un deslinde objetivo y claro del implicado en el affaire en comento. Vemos eso sí defensas poco sólidas en ambas partes, pero ciertamente escandalosas, cínicas y poco profesionales.

Sin remedio debemos de concluir que tanto los defensores del señor presidente como los de Carlos Loret de Mola más que fundar sus explicaciones lo que intentan es ESCAMOTEAR LA VERDAD.

Evaristo Benítez Castro

Nació en Llera Tamaulipas el 26 de junio de 1948. Estudió una licenciatura en la UAT, donde fue catedrático de 1972 a 1980.

Fundador de la revista de la UAT, llamada EDUCIEN, que se publicó desde el año de 1978 a 1981. Ha escrito su columna Faena en Canal en diferentes momentos desde 1991: La Verdad de Tamaulipas, Noticias del Golfo (ahora El Cinco), El Mercurio, El Diario de Ciudad Victoria y El Expreso, además de diferentes portales.

Consejero Electoral del IETAM en los años 2006-2007; autor de 14 libros del tema político-electoral.