Tampico, Tamaulipas. - El sector restaurantero está sumido en una profunda crisis luego de que de dos mil establecimientos que había en Tampico, Madero y Altamira antes de 2020, unos 300 tuvieron que cerrar sus puertas justamente por las dificultades sanitarias que conllevó la pandemia del Coronavirus, declaró el presidente de Asociación de Empresarios de Restaurantes y Alimentos Condimentados AC, Reyes González del Ángel. 

Agregó que, durante estos dos años de emergencia de salud, ellos como representantes del sector restaurantero no han registrado ningún tipo de apoyo para sus agremiados de parte del área gubernamental, por tanto, demandan incentivos fiscales para poder subsistir todo este panorama adverso que parece no terminar.

Indicó que la problemática los golpeó duramente, pues siguieron cargando con gastos fijos como el pago de la luz eléctrica, agua, rentas, salarios y el pago de una licencia de alcoholes que no pudieron utilizar debido a que las restricciones sanitarias les obligaban a cerrar temprano o en definitiva estar a muy baja capacidad que no les permitía obtener los ingresos económicos.

Señaló que los restaurantes y salones de eventos no obtuvieron apoyos de los gobiernos municipal, estatal o federal, quedándose rezagados ante todo este panorama complejo, situación que como se sabe provocó el cierre de múltiples unidades económicas.

Con todo esto, lanzó un llamado para que no sólo en el aspecto fiscal se les pueda respaldar, sino que ellos obtengan incentivos económicos de parte de los gobiernos para poder subsistir después de todas las dificultades que ha causado la enfermedad en Tamaulipas y en México.

"Con lo de la pandemia muchísimos restaurantes cerraron, hablamos de más de 300 restaurantes, están empezando a abrir algunos locales, muy poquitos, ahí va poco a poco la situación mejorando; lo que estamos esperando es sobre todo tener apoyo de los gobiernos, porque definitivamente durante la pandemia no nos han apoyado para nada, de ningún apoyo, de ninguna clase", precisó.

Completó:

"Estuvimos por ejemplo pugnando, en los salones de eventos donde nos redujeron el aforo, no nos dejan trabajar y nos cobran durante el año una licencia de alcoholes que vale alrededor de 40 mil pesos; entonces, si no te dejan trabajar determinado tiempo nos deberían cobrar la parte proporcional del tiempo que nos están dejando trabajar, si me prohibiste trabajar cinco meses, cóbrame sobre los otros siete, pero no todo el año, eso pasó con la CFE, aunque estén los negocios cerrados los cobros son exorbitantes".