Monterrey, Nuevo León. - Alrededor del 45 por ciento de la población adulta en México presenta mala calidad del sueño y durante la pandemia esto se agudizo por diversos factores como el miedo a adquirir el virus, revelaron especialistas.

Dicho problema, indicaron, también se acentuó por la preocupación por familiares contagiados e incluso la angustia por presentar una recuperación desfavorable, entre otros más.

Resaltaron que “todo esto ocasionó el desajuste del sueño en millones de mexicanos “.

Edilberto Peña de León, Director General del Centro de Investigaciones en Sistema Nervioso Central (CISNE) México, indicó que “el sueño regular ayuda a las personas con el restablecimiento y conservación de la energía “.

Igualmente permite “la regulación metabólica y endocrina, con la consolidación de la memoria, en la regulación térmica y con la activación inmunológica", por mencionar algunos factores.

 Puntualizó que “se estima que, en México, alrededor del 45 por ciento de la población adulta presenta mala calidad del sueño “.

Por su parte, Elena Sañudo, Directora Médica de la Unidad de Medicinas Generales de Sanofi México, dijo que “como uno de los principales problemas de salud pública en el mundo, el insomnio debe recibir tratamiento especializad “o.

 Al ser un trastorno que no representa un dolor físico, la gran mayoría de los pacientes que lo padecen deciden ignorar sus síntomas y relacionarlo únicamente con un mal descanso, expuso.

Manifestó que “el insomnio debe tratarse con la misma importancia que cualquier padecimiento y es importante buscar ayuda de un profesional ante los primeros síntomas”.

El insomnio, explicó, se define como una dificultad persistente para iniciar el sueño con insatisfacción en su duración, consolidación o calidad y que causa deterioro en las funciones sociales.

 “Hoy en día, este malestar se ha convertido en un tema de salud pública al generar consecuencias posteriores a las horas en la que debería haber descanso como fatiga general, irritabilidad, falta de atención, problemas de memoria, ansiedad e incluso se asocian a enfermedades crónicas, trastornos mentales y limitaciones en el funcionamiento diurno “, subrayó.

Este trastorno, alertó, también se asocia a un riesgo elevado para desarrollar trastornos depresivos mayores y otro tipo de enfermedades cardiovasculares o metabólicas si no es tratado a tiempo.