Monterrey, NL. - De cara al regreso a las aulas, una simple alergia o resfriado lleva a los niños a exhibir una menor cantidad de cuadros asintomáticos por COVID-19, los cuales podrían propagar peligrosamente el virus en personas mayores, alertaron especialistas.

Gerardo López, infectólogo de la Academia Mexicana de Pediatría, resaltó que “hasta el momento no contamos con una vacuna para prevenir el contagio por COVID-19 en niños y adolescentes”.

Ante tal situación, dijo, una de las mejores herramientas que los padres de familia pueden utilizar para reforzar el sistema inmune ante diferentes tipos de virus, bacterias y hongos, es el uso de los inmunomoduladores

Puntualizó que:

“los niños, en comparación con los adultos, tienen menor cantidad de cuadros asintomáticos por COVID-19, pero pueden propagar el virus a otras personas “, principalmente mayores.

Los síntomas que llegan a presentar son similares a otras enfermedades como el resfriado común, la faringitis, la influenza o las alergias, expresó

Por su parte, Javier Murillo, Inmunólogo Clínico, director médico de Inmunología y Nutrición Clínica, comentó que “en las circunstancias actuales, ahora somos más conscientes de la salud “.

También, abundo, “nos hemos dado cuenta de que el fortalecimiento del sistema inmunológico se ha convertido en una máxima prioridad, ya que es la mejor herramienta que tiene el cuerpo contra virus y bacterias “.

“El sistema inmunológico es la defensa natural del cuerpo contra las infecciones, el cuerpo combate y destruye organismos infecciosos invasores antes de que causen daño “señaló.

Manifestó que:

“cuando el sistema inmunológico está funcionando adecuadamente, nos protege de infecciones que ocasionan alguna enfermedad”.

Los expertos refirieron que, en condiciones normales, el regreso a clases ocasiona un repunte en las enfermedades infecciosas debido a múltiples factores como son los espacios cerrados donde los niños pasan mucho tiempo y que favorecen la dispersión de ciertos virus y bacterias.

Igualmente, advirtieron, compartir múltiples objetos escolares, utensilios de comida o bebida y olvidar de la sana distancia, lo que aumenta las probabilidades de contagio.