¡Entren!

Al presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR se le desea que se recupere y que su padecimiento de COVID-19 (por él dado a conocer este domingo en Twitter) no sea grave, pues el señor entra en el rango de la gente vulnerable.

Anunció que se aislará y que quien estará a cargo de sus asuntos es la Secretaria de Gobernación, OLGA SÁNCHEZ CORDERO, como lo manda la ley.

Esta noticia fue de las más comentadas en México e incluso allá de la frontera.

La versión de su contagio generó sensaciones, opiniones y respuestas encontradas, que desde luego distrajeron la atención de asuntos también importantes.

Entre estos están, por ejemplo, la continua alza en el número de contagios y muertes por COVID-19 (y por la violencia en ciertas zonas del país), así como por la insuficiencia de vacunas contra dicha enfermedad en México.

Otro tema es la exigencia a la Federación de un grupo de gobernadores, que piden se aclare en qué consiste el plan de vacunación.

Digo que hubo respuestas encontradas porque, así como existen quienes creen que, en efecto, el presidente resultó infectado por no cuidarse, hay otros que piensan que esto se habría aprovechado para recuperar bonos en su popularidad.

Hubo algunas más que, en forma por demás reprobable e insensata se dedicaron a atacar al presidente deseándole lo peor y eso es vergonzoso.

Eso no debe caber en un país donde no hay por qué ser iguales a esos grupos extremistas y fanáticos que lo mismo le desean a sus críticos.

EL TUITERO Y EL LOBO

La cosa es que hay incredulidad y que abundaron los memes y demás muestras de ironía para ridiculizarlo y cuestionar la veracidad de su enfermedad.

Es entendible en cierta forma.

Tanto el presidente como la excusa que tiene de Subsecretario de Salud, HUGO LÓPEZ GATTEL, se la han pasado dando datos confusos, cantinflescos, contradictorios o vagos.

Sería largo de contar, pero, si se recuerda, el presidente empezó diciendo que no pasaba nada y hasta pidió a la gente abrazarse, con su permanente renuencia a usar el cubre boca.

Bueno, salvo cuando fue a Estados Unidos a visitar a su entonces homólogo DONALD TRUMP, que lo utilizó en el avión comercial en el que viajó.

Peor aún: salió a exhibir en forma casi sarcástica, si no es que supersticiosa, su método “espiritual” de evitar el COVID: usando estampitas. 

Después nos salieron con que la pandemia estaba domada y menos de un año después GATELL no hallaba ni dónde meter la cabeza, mientras AMLO se la pasaba culpando de todo a la oposición.

Vinieron entonces los días de esperanza con las vacunas y con ello, las suspicacias por el raro manejo de la campaña para aplicarlas, pues después de empezar su distribución hubo críticas justificadas ya que no se estaban dando a quienes realmente las necesitan: Los doctores.

El Subsecretario de Salud salió a atajar diciendo que solo el gobierno podía ser el que administrara y entregara las dosis.

Cuando se percibió que el asunto salía de control, AMLO terminó contradiciendo a LOPEZ GATELL, al aceptar que Gobiernos Estatales y empresas pudieran comprar vacunas para repartirlas.

Para entonces el número de contagios y muertes acumuladas era exhorbitante.

ES CULPA DE TODOS

Cierto: sería injusto solo culpar al presidente o a los gobiernos estatales y municipales por el mal manejo de las acciones preventivas durante la pandemia, ya que también cientos de miles de ciudadanos necios e intransigentes no han dejado de poner en riesgo a los demás.

Sin embargo y aquí viene el “pero”: el señor todo el tiempo ha demostrado que la pandemia le vino como anillo al dedo para buscar generar un mayor control electoral y aunque goza de un envidiable “rating” entre sus hordas de fanáticos, las críticas objetivas no han cesado y sí le han generado abolladuras en su imagen.

El hecho de buscar que los servidores de la nación (sus súbditos, per se) sean los que distribuyan las vacunas, en un año en el que se renovará la Cámara de Diputados que tanto le interesa a AMLO, deja entrever que lo que le interesa al presidente NO ES LA SALUD DE LOS MEXICANOS, sino sus votos.

Esperamos que ahora que el señor dice estar enfermo haya más sensibilidad para atender a la población, porque hasta hoy para el presidente cuenta más un campo de béisbol que una bodega llena de medicinas para quienes las necesitan.

COLOFÓN

Reitero mi deseo de pronta recuperación al presidente, con la misma fuerza que deseo que haya vacunas suficientes y menos contagios y que ante la incertidumbre de la pandemia la gente se cuide porque, visto esta, las estampitas que recomendó no funcionan.

Por su atención, gracias, por hoy, 

¡Cierren!

Confesiones, réplicas y uno que otro aplauso a

enterados2004@yahoo.com.mx.

MANTÉNGANSE SANOS EN CASA CON EJERCICIOS FÍSICOS, MENTALES Y AUDITIVOS. SE LOS RECOMIENDO.

Norberto Lacarriere Lezama

Comunicólogo de carrera y vocación.
Reportero, columnista, investigador, caricaturista político, conductor radiofónico y televisivo.
Su columna “Palabras Férreas”, se publica en diversos medios cibernéticos. Ha sido director y fundador de importantes proyectos informativos en Tamaulipas. Es director de Noticiarios y coordinador de Producción informativa en EXA FM/ Libertas Radio 89.5 FM en Matamoros y actual colaborador corresponsal de WRadio.