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Mi abstinencia al alcohol

Por: Ricardo Hernández El Día Lunes 16 de Noviembre del 2020 a las 10:50

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¡Celebrando un año más!

El 24 de octubre pasado tuve la fortuna de cumplir un año más de vida, en este acontecimiento recibí muchas felicitaciones por parte de camaradas y seguidores de Facebook, no les voy a mentir pero una imagen que subí a la red social de FB llegó casi a las mil vistas, lo cual significa que hubo mucha gente que se enteró de mis cumpleaños, aprovecho para enviarles las gracias.

En este año que está por culminar estoy celebrando un año más de mi abstinencia al alcohol, de tal manera que mis cumpleaños de vida junto con mis cumpleaños de abstinencia al alcohol llegan a tener un significado especial para mí.

Hoy más que nunca me siento feliz, me siento seguro, he llegado a ver la vida como un “problema matemático”, en el que cada uno desde que nace tiene un problema por resolver; todos, todos tenemos un problema del cual nos tenemos que ocupar tarde o temprano, lo ideal sería que alguien nos diga que hemos nacido para resolver un problema, a lo mejor y lo más probable es que tarde o temprano alguien se atreva a preguntar “¿Y se puede saber cuál es ese problema?”.

La verdad, pensándolo bien, no tendría caso dar la respuesta de forma inmediata, porque no tendría sentido, o mejor dicho, se perdería el sentido de la pregunta, porque cada uno tendría su propio problema por resolver.

Lo que si estaría bien es decir, por ejemplo, algo así como: “No se vaya a ir de este mundo sin antes haber resuelto su problema, porque nadie más lo resolverá por usted”.

Sin embargo, el hecho de haber sembrado la espinita “Usted tiene un problema qué resolver tarde o temprano; el secreto de la vida consiste en llegar a resolver ese problema cuya respuesta se encuentra dentro de usted mismo, ya que cada problema es diferente para cada uno, de tal manera que no trate de copiarle a nadie”.

Si me pongo a cuestionar cuál es mi problema, mi propio problema, el problema con el que no nací, pero que lo llegué a hacer un problema del que no puedo salir, un problema que no he resuelto hasta el día de hoy, pero que tarde o temprano tendré que resolver, ¿cómo le puedo hacer para encontrar la respuesta a mi situación? ¿Sería este mi problema con el que no nací, pero que pudiera estar relacionado con la vida, o con la muerte?

En ese mar de planteamientos surge, de pronto, una serie de respuestas, entre esas se encuentra el reconocimiento del problema con el alcohol.

Por eso digo, que he llegado a creer que todos nacemos con un problema matemático que tarde o temprano debemos resolver, y cuando ese día llegue puede que haya tiempo para encontrar la respuesta, como puede darse el caso que no haya tiempo para pensarle mucho, o simplemente que ya nunca más lo habrá.

Si hay tiempo para sentarse a reflexionar en el problema matemático de cada uno es porque existe la disposición para resolver el problema, hay inquietud por encontrar la respuesta.

El día en que por fin encontré la respuesta me sentí un hombre importante, se levantó mi autoestima, comencé a valorarme y a valorar mis pensamientos, le di importancia a mis acciones y actitudes.

No espero a que la gente me quiera, prefiero querer a las personas; no espero a que la gente triunfe, yo soy el que debo triunfar; no espero a que alguien piense por mí, yo soy el que debo pensar por mí; no espero el reconocimiento social como una obsesión, el trabajo de uno mismo es el mejor reconocimiento, la mejor carta de presentación.

Cuando salí del fango del alcoholismo, cuando alcancé a sacar la nariz para respirar y logré respirar, en ese momento me di cuenta de la importancia vital que tiene el aire, sin ello no es posible la vida.

Cuando volví a abrir los ojos al nuevo mundo que me esperaba, me di cuenta de la importancia vital que tienen los ojos.

Desde el momento en que pensé en resolver mi problema de alcoholismo, me di cuenta de la importancia vital que tiene el cerebro del hombre, de la capacidad de pensar.

Para mí no basta con haber dejado de tomar, mi vida no está resuelta del todo, y quisiera que nunca lo estuviera, porque entonces no existiría o dejaría de existir la necesidad que ahora tengo de ser un hombre creativo.

¡Hoy celebro un año más de mi abstinencia al alcohol!

 

Ricardo Hernández Hernández
Poeta y columnista

Colaborador del portal:” Hoy Tamaulipas” hasta la fecha.
Actualmente estoy cursando un “Diplomado en Creación literaria” en la Biblioteca del Centro Cultural Tamaulipas, con el maestro José Luis Velarde.

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