La pelea por la presidencia de Estados Unidos está en su punto más álgido luego de haber transcurrido 2 días de suspenso infernal.

Aunque todo parece indicar que el gran monstruo llamado Donald Trump caerá vencido a pesar que se resiste a morir, ante el arrastre que consiguió obtener un atípico candidato llamado Joe Biden.

Ahora bien, lo que las encuestadoras decían acerca de que JOE BIDEN arrasaría en las elecciones del martes, fallaron. Al menos hasta hoy no existe ganador absoluto, con todo y la presunción que al candidato Demócrata Joe Biden solo le faltaría ganar el estado de Nevada para lograr los 270 puntos o delegados federales que necesita un candidato presidencial para ser el eventual ganador de la elección de Estados Unidos.

En México se sigue con especial atención la narrativa del momento político norteamericano.

Parecería que muchos asuntos, entre ellos el T MEC, estarían en juego, corriéndose el riesgo de caerse o sufrir modificaciones que afecten al país, México.

También el tema de los niños mexicanos soñadores ‘dreamers’, podría sufrir cambios que perjudiquen al país.

Se trata de los hijos de padres mexicanos nacidos allá, y cuya suerte correría peligro ante la amenaza de que serían deportados, estrategia que aparentemente Donald Trump modificó en sus últimos discursos, ante el riesgo de perder el voto de mexicanos, mismos que en Estados Unidos suman 36 millones.

Las teorías domésticas en México por otra parte afirman que una derrota de Donald Trump daría al traste con los avances en las relaciones binacionales ya establecidas entre México y EEUU, más particularmente entre los mandatarios Andrés Manuel López Obrador y Trump.

Cierto, los matices entre los demócratas y republicanos son diametralmente opuestos. Unos son liberales y otros conservadores.

La tradición indica que los demócratas son conservadores y los republicanos, liberales.

Y que por eso AMLO y Donald Trump se entendieron a las mil maravillas.

Somos de los que creemos que aquí las etiquetas no cuentan.

Visto desde la perspectiva del nacionalismo, tanto uno como otro presidente son realmente enemigos. Y que, si un avance en materia de justicia general se ha logrado, se ha debido a la virtud de la atención personalizada, o alguna filia particular de uno u otro presidente en turno.

Por ejemplo, en México solíamos ver con buenos ojos a Barack Obama cuando en realidad, en el terreno de los hechos, deporto más mexicanos que el mismo Donald Trump, con todo y la estrategia trumpiana del muro fronterizo.

Cierto es que en México está de moda la palabra “Conservadores “gracias a la narrativa diaria en las mañanera de Andrés Manuel López Obrador, pero esa traducción no aplica ni se extiende más allá de las fronteras porque cada país tiene su propio sello.

Amlo aplica esa frase basado más bien en la historia mexicana, desde el movimiento de independencia, pasando por la reforma y la revolución.

Es por eso que cita con frecuencia a Antonio López de Santa Ana, a Lucas Alamán, a Victoria o Huerta, a Porfirio Díaz como antihéroes de la Patria en sus distintas épocas. Y crea un paralelismo a conveniencia con el México actual, al tildar al PAN y al panismo vigente con sus antepasados.

Repetimos, son prefiguras creadas en la narrativa de un hombre que hoy detenta el poder y que pata efectos didácticos o ideológicos, los usa como arma cotidiana aprovechando su gusto individual por la historia.

Ahora bien, es probable que Donald Trump haya cambiado su narrativa o visión de los mexicanos porque a medio mandato suyo en México hubo una diferencia más que acentuada.

El México peñanietista, corrupto y degradado y el México lopezobradorista, que asumió desde finales de 2018.

Ya en su última campaña Donald Trump no evocó ni por error a los mexicanos asesinos, voladores, ladrones y flojos que cruzaban ilegales sus fronteras.

Tal vez fue un signo de respeto cambiar su narrativa de hace cuatro años. O tal vez el escenario era distinto.

Ahora bien, JOE BIDEN ha hecho mucho independientemente de que gane o no la elección en disputa. Le ocurre lo que a AMLO, es el candidato presidencial más votado de la historia.

Ambos comparten ese honor, cada uno en su propio país.

BIDEN es un fenómeno porque nadie daba un centavo hasta antes de la elección por él debido a que Trump se llevaba a diario las ocho columnas en el renglón de popularidad debido a su personalidad egocéntrica, crispante y escandalizadora

La atención del mundo está centrada ahora en el estado de Nevada, donde los republicanos acusan a los demócratas de están embarazando urnas (votaron más ciudadanos que los existentes en el padrón electoral) y de que hay votantes que emitieron su sufragio pese a no radicar en el estado.

Nevada aporta 20 delegados federales o puntos, lo cual de ganarlo JOE BIDEN sería la muerte para Trump.

Todos los caminos parece que llevan al triunfo del candidato Demócrata Biden.

Porque a estas alturas, de los 4 o 5 estados de la Unión Americana que faltan por contabilizar sus votos cien por ciento, con uno que gane Biden bastará para dar el golpe letal al corazón de Donald Trump.

Bien, hasta aquí por ahora, nos leeremos en breve.

Marco Antonio Torres de León

Estudió la carrera de Ciencias de la Comunicación en CUTM, laboró en diarios como El Sol de San Luis. Inició en el diario La Opinión de Matamoros como reportero de deportes. Posteriormente trabajó como reportero de información general en Expreso de Mante en 1999, en Noticias del Sur (hoy Cinco Noticias, El Signo de Mante, El Matutino)