Muere por Covid-19 Kenzo Takada, el creador de ropa y perfumes
París. - Este domingo, a la edad de 81 años y como consecuencia del Covid-19 murió Kenzo Takada, el diseñador japonés que desafió la sobriedad parisina con una explosión de colores en su ropa y perfumes que lleva su nombre.
A través de un comunicado, el vocero de Kenzo confirmó que el creador murió en el Hospital Americano de Neuilly-sur-Seine en las afueras de París.
Nacido el 27 de febrero de 1939 en Himeji, cerca de Osaka, Kenzo se apasionó de muy joven por el diseño y la costura que aprendían sus hermanas.
Prendas asimétricas, telas multicolores y géneros vanguardistas. Los tonos vibrantes, fuertes y alegres de la paleta de los amarillos, naranjas, azules, y verdes eran parte de su inconfundible impronta, presente en cada vestido, camisa y kimono que diseñaba.
Lanzó su primera línea masculina en 1983; su primer perfume, en 1988. En 1993, la firma fue adquirida por el grupo de lujo LVMH. Pero Kenzo Takada se retiró de la moda en 1999 y se dedicó a proyectos más puntuales, como el diseño de interiores.
Con sus “casi ocho mil diseños”, el japonés “nunca dejó de celebrar la moda y el arte de vivir”.
Durante los 70 y 80 compitió con grandes marcas de trayectoria como Chanel, Dior o Balenciaga, creando un imperio mundial de la indumentaria. Ya retirado de la dirección de su marca desde 1999, Kenzo tenía más tiempo para viajar, hacer yoga y pintar, otra de sus aficiones.
Luego, con el paso de los años, sustituyeron a Carol Lim y a Humberto Leon por Felipe Oliveira Baptista. La llegada de Baptista trajo un cambio de logo. El nuevo diseñador inauguró su etapa en Kenzo con una colección mixta. “Algo que siempre me ha gustado es que los diseños de Kenzo tienen un sentido de la moda muy claro sin por ello dejar de ser usadles y dejan libertad de movimiento”.
Kenzo era famoso por sus estampados orientales, florales con colores muy vivos por las temáticas que presentaba colección tras colección en las mejores pasarelas del mundo. En estos últimos años, sus líneas habían incorporado remeras y buzos con cabezas de tigres que todos sus fanáticos querían tener en sus guardarropas.
Al retirarse de la moda, la pintura fue su pasión. “El arte y la moda no son tan diferentes”, manifestó el diseñador japonés.
El lugar elegido para presentar sus obras había sido la galería parisina Studio 55, donde expuso ocho autorretratos de grandes dimensiones que muestran al diseñador nipón luciendo diferentes kimonos floreados, que recuerdan al tipo de estampados que suelen impregnar sus colecciones.
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