Monterrey, NL., (Agencia Informativa de México).- Bajo restricciones sanitarias a causa de la pandemia del Covid-19, el Museo de Historia Mexicana comenzó a recibir a sus primeros visitantes con la exposición “Barro y fuego. El arte de la alfarería en Oaxaca” que muestra la riqueza artesanal de los pueblos de Oaxaca, Guerrero y Puebla.

La exposición está conformada por 150 piezas de alfarería tradicional como bruñido, esmaltado, engobes, rayados que aportan elementos para valorarla desde su papel social, ecológico y funcional, destacando la labor milenaria de la creación de piezas únicas y funcionales con tan solo barro, agua, fuego, en algunos pueblos del sur de México.

Diseñada y producida por Innovando la tradición A.C., y con curaduría de Eric Mindling, la muestra hace del barro un patrimonio vivo transformado a través del sabio manejo de las técnicas ancestrales para garantizar su equilibrio con el medio ambiente.

La reapertura del Museo de Historia Mexicana, el Museo del Noreste y el Museo del Palacio se realizó cumpliendo con los protocolos autorizados por las autoridades sanitarias a partir del 1 de octubre donde los visitantes pasarán por un filtro sanitario, deberán portar cubrebocas todo el tiempo y respetar la sana distancia. 

La exposición surge de la investigación realizada por el fotógrafo Eric Mindling durante la década de los noventa en Oaxaca, misma que derivó en el libro “Barro y fuego. El arte de la alfarería en Oaxaca”, publicado por Innovando la Tradición A. C. y durante la producción del libro se fue constituyendo la colección que dio origen a esta muestra.

La museografía de la muestra se enriquece con el uso de fotografías a color de Paris Barrera y Eric Mindling, un video de los diferentes procesos de creación y gráficas que explican la elaboración de las piezas desde la extracción del barro hasta el horneado de vasijas.

La exposición está dividida en tres secciones: Cocina, en donde los utensilios muestran la unión de materiales, función y forma en los que sobresale el conocimiento por el diseño en comales, cazuelas, jarras, cántaros, mezcaleros y otros objetos de uso cotidiano.

Pueblo, es otra división que destaca la importancia de la diversidad de técnicas y las costumbres regionales en la creación de las piezas; y Planeta, donde se muestra y analiza aspectos pocos conocidos del trabajo artesanal, y en el caso del barro su escaso impacto ambiental.

Todas estás secciones demuestran que el mundo occidental hiper-industrializado tiene mucho que aprender del mundo del barro, sobre la sabiduría en el diseño, equilibrio social y sustentabilidad ambiental. 

Asimismo, muestran que la alfarería indígena de México está diseñada para cumplir su función por un tiempo y luego, sin causar daño; se erosiona y regresa a la tierra de donde surgió, resultado de los saberes artesanales y experiencia ancestral que permiten la creación de objetos hermosos, elegantes, de diseño funcional, que propician el bienestar social y la compatibilidad con el medio ambiente.

La alfarería, se indica, es parte del sistema agrícola cuya columna vertebral es el maíz., en donde los alfareros han cubierto sus necesidades en el hogar, creado un lenguaje artístico, y heredado un oficio a sus hijos , manteniendo a sus pueblos vivos y en comunión con el medio ambiente con una producción sustentable.

Barro y fuego. El arte de la alfarería en Oaxaca, permanecerá en exhibición en el Museo de Historia Mexicana hasta el domingo 31 de enero de 2021.