Dividir, no es el camino
A dos años de haber asumido el poder presidencial, pareciera que Andrés Manuel López Obrador todavía no encuentra la dirección correcta para encausar al país y tomar un rumbo seguro, libre de asechanzas políticas e intereses económicos radicados en la trama de viejas y perniciosas costumbres de gobiernos anteriores.
Lamentablemente se observa que en lugar de tomar decisiones sutiles para gobernar a un país dividido social, económica y políticamente, vemos a diario como a través de su información mañanera, promueve la segmentación de grupos políticos y económicos poderosos imputándoles hechos y antecedentes que se dieron en tiempos pasados y que nada se resuelve con sacarlos al aire, a no ser distraer la atención de lo que realmente está sucediendo en México
Se ha dicho en distintas formas que la fortaleza de un pueblo es la afinidad social, que es la que permite libertad en las instituciones, crea propósitos comunes y concede los instrumentos políticos para realizarlos. La división, la polarización, que es lo que tiene a las democracias en crisis, es el instrumento del populismo para usar la democracia socavándola desde dentro.
Es entonces cuando nos preguntamos, para que en nombre de esa democracia, se hace mofa de personajes políticos y privados, atribuyéndoles delitos de corrupción sucedidos o no, en un pasado que no compete a su autoridad presente.
Es así que el odio focalizado en grupos políticos o privados, no afines al gobierno y tildándolos de hostiles a su mandato, ironizándolos con remoquetes de enemigos, “fifís”, “conservadores, “
“neoliberales”, es ridiculizar a mexicanos que mantienen una línea ideológica que guste o no, la Constitución de nuestro país lo permite, mas sin embargo esto nos da una calificación para el Ejecutivo Federal, que hay mexicanos buenos y malos y eso no puede radicalizarse en un país como el nuestro, donde tenemos derecho a divergir de cualquier opinión sea política o de distinta naturaleza.
Dividir al país en buenos y malos según criterios presidenciales, crea un desconocimiento a la legitimidad y al derecho a disentir sobre cualquier tema, llámese ideológico, religioso o económico, que la sociedad afirme, piense o crea que no es la dirección correcta por donde debe transitar el estado, es su derecho tal es el contexto constitucional.
Que el pueblo opine dice Andrés Manuel López Obrador, si se debe juzgar a los ex presidentes Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto. Y es entonces cuando uno se pregunta, ¿será tanta su animosidad a estos señores que los envían al cadalso al odio popular para que oficiosamente sean exhibidos como canallas o enemigos públicos?
Es de entenderse que, si las autoridades que están investigando la actuación administrativa de estos ex funcionarios en el periodo que les toco gobernar tuvieron implicaciones delictivas al disponer de recursos que son de la nación, es entonces y nada más entonces cuando la justicia debe actuar a través de sus órganos jurisdiccionales y nadie más.
Y en este contexto, la periodista española Fátima Gordillo de la revista TEC LIFE quien en un bien documentado artículo nos dice por qué se divide un país, citando que para ver los tiempos que corren es importante recurrir a La República de Platón, entendiendo la importancia de una educación enfocada a sacar lo mejor de nosotros mismos como personas, y no en adoctrinamientos populistas absurdos y sin ningún fundamento social y pragmático.
Y para terminar, esta frase de Nelson Mandela que no tiene desperdicio…
"Debemos usar el tiempo sabiamente y darnos cuenta de que siempre es el momento oportuno para hacer las cosas bien".
Tito Reséndez Treviño
Licenciado de Derecho por la UNAM
Diputado Local 1984-1986
Presidente Municipal de Victoria 1987-1989
Director de la Biblioteca Marte R. Gómez
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