Nuevo Laredo, Tamaulipas. - Las funerarias de Nuevo Laredo están saturadas y se llegan a tardar hasta dos días en llevarse los cuerpos de pacientes fallecidos por COVID-19, reconoció el titular de la Comisión Estatal para la Protección Contra Riesgos Sanitarios (Coepris), Adolfo Benavides.

Manifestó que el proceso no es sencillo, por lo que la morgue móvil con la que cuentan en el Hospital General está llena y se tardan en entregar los cuerpos.

“Si hay disponibilidad pasa la funeraria por él y pasa inmediatamente a sepultar o cremar, si no hay disponibilidad, pasa a la morgue móvil, va embolsado y previamente identificado, cuando llegue el momento de la funeraria, se pasa por él y se lo lleva”, expuso.

Comentó que se tiene un estricto control en la entrada y salida de los cuerpos, por lo que la Policía Estatal está a cargo del tráiler refrigerado.

“La Policía Estatal lleva el registro de la morgue móvil, llevan una bitácora donde junto con el administrador del Hospital General y nos pasan el reporte a Coepris”, expuso.

Benavides precisó que estos reportes se pasan todos los días a la dependencia estatal, la cual se mantiene al pendiente de la situación.

Una vez que se tienen los cadáveres estos pueden sepultarse en la fosa COVID o en una particular, las cuales no pueden abrirse en un lapso de seis años o también existe la posibilidad de cremación.

oal