¡Entren!

Este jueves 25 de junio murió un hombre que siempre supo escuchar y que pese a ser muy reservado y poco expresivo, incluso a veces con gesto poco amigable, resultó tener gran don de liderazgo y ser fraternalmente apreciado.

Su nombre completo era MARIO PRAXIEDIS ZOLEZZI GARCÍA. El cáncer se lo quitó a su familia.

Como reportero fui uno de sus críticos cuando llegó a ser Gerente de la Junta de Aguas y después alcalde de Matamoros, pero también supe reconocer los aciertos que como servidor público tuvo.

La razón a veces me asistió y en otras, siempre dándole su derecho de réplica, él se encargó de aclarar.

Reconozco que alguna vez fui injusto, porque los periodistas a veces nos apropiamos de la verdad o nos sentimos intocables.

Ante eso MARIO ZOLEZZI, aunque sin duda molesto para sus adentros, muy caballerosa, política o profesionalmente me llegó a decir: “No hay problema, en serio, es tu trabajo... aunque a veces se les pasa la mano”.

Con los años tuvimos una relación más cordial. En no pocas ocasiones llegué a consultarle de ciertos aspectos de la política, por la experiencia ganada en todos sus años de funcionario público.

En alguna ocasión incluso lo visité en su oficina, cuando fue Jefe de la Fiscal del Estado en esta ciudad y recuerdo que bromeó en torno a un mito sobre esa dependencia.

“Fíjate que a todos los que pasaron por aquí se les frustra la posibilidad de ser alcaldes de Matamoros... pero yo ya chingué, me salvé”.

Esa vez fue de las pocas que lo vi carcajearse sonoramente y claro, me contagió la risa.

¡Pero tenía razón en todo! Basta repasar la lista de priistas que simplemente jamás pudieron ser ni candidatos del Tricolor: JUAN JOSÉ CAMORLINGA y MIGUEL GONZÁLEZ MEDRANO (otros grandes caballeros, QEPD) e IGNACIO MENDOZA HERNÁNDEZ.

Ya que ando hurgando en los recuerdos y en las anécdotas, me remontaré a 1994, cuando MARIO ZOLEZZI fue primero nombrado Delegado Municipal de Tránsito y después Secretario de Seguridad Pública, del que dependía policía, vialidad y bomberos.

Ahí se hizo acompañar de uno de los ciudadanos más cabales que he conocido: El Contralmirante RAFAEL AUGUSTO IROGOYEN.

Resulta que un viernes, venía yo a bordo de un camión sobre el Boulevard Periférico, cuando empecé a ver pasar muchas patrullas.

Para cuando me di cuenta ya venían varias de regreso, llegué a la casa y realicé varias llamadas de un teléfono fijo y resultó que habían detenido a varios estudiantes del Tecnológico , por andar causando desmanes.

Al día siguiente uno de sus dirigentes, un tal “GOYO”, fue a pelear para que los soltaran y el entonces alcalde TOMÁS YARRINGTON accedió a sus peticiones (justificando políticamente con la frase “alumnos a las aulas, no en jaulas”).

ZOLEZZI se vio molesto, pero le dijo a su jefe y amigo: “Aunque me partas la madre con tu decisión, cumplo con mi deber. Alguien le tiene que poner un hasta aquí a estos cabrones que se la han pasado saqueando tienda y parando autobuses”.

Tenía razón, durante algunos años eso fue lo que caracterizó a ciertos alumnos de la máxima casa de estudios.

Irónicamente, años más tarde, se tomarían decisiones más drásticas por órdenes de YARRINGTON contra el mismo grupo estudiantil que alguna vez él alcahueteó, pero esa es otra historia.

Luego, cuando dejó la corporación ZOLEZZI (un hombre de más de 1.95 de altura y casi 160 kg a de peso), recuerdo que un compañero me pidió que hiciera un dibujo alusivo.

Lo hice y mi caricatura mostraba un sillón enorme, con la frase “un lugar muy difícil de llenar”.

Lejos de molestarse, ZOLEZZI llegó a guardar ese dibujo. Me los mostraría en diciembre de 2003, días en que acudí a verlo ya como alcalde para entrevistarle.

Antes de eso, cubrí su campaña para la alcaldía.

Eso fue en 2001 y en eso días estaban muy agitadas las cosas dentro del PAN, con la contienda interna para sacar candidato.

Esa vez, en una charla de banqueta, MARIO me dijo.- “Si ALEJANDRO (GALVÁN GARZA) es el candidato del PAN y gana lo voy a reconocer . Él sí es un hombre decente”.

ALEJANDRO, un hombre que también era físicamente muy alto y moral y políticamente era muy combativo, durante una cena con reporteros, sin saber de dicha opinión, me diría lo siguiente.

“El Gordo (así le apodaron algunos) tiene muchos defectos, pero hay uno que lo salva de todos: Es hombre de palabra. Es un caballero”.

Ahí me di cuenta que, al menos en sus expresiones, ambos hacían honor a su estatura y se respetaban.

Al final GALVÁN no ganó ser el abanderado, sino JORGE ALMANZA, quien siempre proclamó estar arriba en las encuestas, pero al final los resultados favorecieron a ZOLEZZI.

Éste, durante su gobierno, mantuvo en la fiesta en paz con la gente y fue conciliador en muchos casos, a pesar de que mucha gente se iba con la finta de creer que su gesto hosco implicaba rechazo, pero no.

El trato, al final, era educado y siempre buscó darles solución a los problemas para satisfacción de todas las partes. Es lo que a mí me consta haber visto.

De hecho, cuando falleció GALVÁN, ZOLEZZI volvió a hacer referencia a su persona de esta manera: “¿Por qué se tienen que morir los buenos?”

COLOFÓN

Hoy ambos deben haberse encontrado, allá, donde brilla más la luz.

MARIO, siempre reservado hasta para sonreír.

ALEJANDRO, siempre extrovertido, hasta cuando callaba.

Por su atención, gracias, por hoy,

¡Cierren!

Confesiones, réplicas y uno que otro aplauso a

enterados2004@yahoo.com.mx.

Norberto Lacarriere Lezama

Comunicólogo de carrera y vocación.
Reportero, columnista, investigador, caricaturista político, conductor radiofónico y televisivo.
Su columna “Palabras Férreas”, se publica en diversos medios cibernéticos. Ha sido director y fundador de importantes proyectos informativos en Tamaulipas. Es director de Noticiarios y coordinador de Producción informativa en EXA FM/ Libertas Radio 89.5 FM en Matamoros y actual colaborador corresponsal de WRadio.