El proceso electoral 2021 pareciera estar amenazado por la situación que vive el país por COVID-19 y las medidas que se han tenido que tomar como la sana distancia y el confinamiento. No es un tema menor, serán los comicios donde se disputarán más cargos en toda la historia de México, con más de 3000 puestos de elección popular a ser elegidos.

¿Qué cambiará en las campañas? ¿No más eventos masivos? ¿Escaso contacto con los candidatos? ¿Será el proceso electoral de las redes sociales?

Lo que sí va a cambiar es la necesidad de contar con una muy buena estrategia a partir de lo que muchos llaman la “nueva realidad” o “nueva normalidad”. Otra de las cosas que cambiarán son las metodologías empleadas para hacer investigación de opinión pública, herramientas sumamente necesarias para entender el nuevo sentir de los votantes.

El COVID-19 va a incrementar la interacción en el mundo digital de una manera muy acelerada y es entonces, una gran oportunidad para que los interesados se monten en ella. Se va a dar la profesionalización de las herramientas digitales, que nos va a alejar de la improvisación acostumbrada y que el Big Data sin duda será la herramienta que permitirá emitir mejores mensajes.

El proceso electoral ya cambió. En tiempos electorales tradicionales los candidatos se estarían posicionando, pero el mundo y en particular nuestro país, está atrapado en una narrativa sobre la pandemia y esto no está dando espacio a nada más. Esto va a afectar porque cuando esta crisis acabe, habrá muchas manos alzándose por candidaturas que no tuvieron el tiempo suficiente para armar un proyecto de campaña y de presentación de ideas.

La mente de los ciudadanos está en la sobrevivencia misma en términos de salud y en la supervivencia económica, lo que persiste es la preocupación por la necesidad de contar con buenos tomadores de decisiones.

Los seres humanos siguen guiándose por sus emociones y no por sus razones. Esta situación genera demasiados miedos para el futuro, pero la gente va a vivir la pasión de la elección, va a encontrar la manera de salir adelante, de opinar, de ser activista.

El área tecnológica va a crecer de manera general porque no todo se resume a las redes sociales; la tecnología permite muchos más puntos de contacto. El área que se dedica a los contenidos será la que merecerá más atención pues tendrá que tratar de hacer una relación más profunda con la audiencia. La gente va a estar mucho más enganchada con mensajes más honestos, sencillos, cercanos, sensibles y de menos pretensión.

Hay que ampliar y profundizar el contenido que hay en redes para que perdure más y tenga razones de peso para consumirse, pues ahora no se está logrando a través de los ataques que vemos cotidianamente.

Para lograr lo anterior será necesario generar mensajes más humanos y hacer campañas más reales que muestren a los candidatos como realmente son. Lo que va a importar es la reputación, las acciones como político y será muy importante saber lo que estarán haciendo en favor de la ciudadanía.

La tecnología sí va a dominar el futuro electoral en todo el mundo y esto lo que va a requerir es de gente muy preparada que pueda dar la cara a las nuevas interrogantes que se van a formular.

No obstante, será necesario hacer una investigación muy profunda que incluya estudios antropológicos y etnográficos de lo que está pasando y eso sólo lo pueden hacer los mejores investigadores de opinión pública, para poder pensar en el después de la crisis.

Cuando se sepa qué cambió en la vida de los seres humanos de manera representativa se tendrá más claro qué tipo de estrategias se van a usar.

Es importante enfatizar en la importancia de que los futuros candidatos se presenten como personas con propósitos, que sean útiles a la ciudadanía, que tiene una necesidad permanente de encontrar en quien confiar.

Resulta importante estar inmersos en los sitios donde se va a hacer la campaña, es fundamental formar y organizar equipos e insistir en la elaboración de un diagnóstico de la situación, para tener un punto de partida certero. Quienes estén en campaña enfrentarán dos emociones que requieren atención especial: incertidumbre y miedo. Las y los candidatos deberán tener claro que la incertidumbre puede convertirse en certidumbre y en información.

Es un buen momento de introspección para que quienes busquen alguna candidatura revisen a sus contrincantes, pero también a sí mismos y estén conscientes de sus áreas de oportunidad para trabajar en ellas.

De igual forma, es importante generar tanto campañas como discursos que sean conectivos y eso se logra trabajando con la verdadera personalidad del candidato, no deben convertirse en algo que no son.

La llamada “nueva normalidad” que estamos empezando a vivir, estará presente en las campañas electorales que veremos en 2021.

Conclusiones

• La importancia de hablar de tecnología y no solo de redes sociales, como un todo, como una herramienta para lograr estrategias más serias y sofisticadas.
• Los sentimientos de incertidumbre y miedo son los que hay que atender de manera urgente por los gobernantes y por los que aspiren a serlo en las próximas elecciones.
• La necesidad de crear un lenguaje mucho más profundo, sencillo, real, sensible y humano para la ciudadanía.
• Los consultores políticos requieren hacer un buen diagnóstico con implementación de otras herramientas que evalúen realmente el humor y el estado de ánimo de los ciudadanos al momento de hacer campañas electorales.
• Los posibles candidatos a las próximas elecciones deben crear una narrativa llena de verdades, adaptada a los nuevos tiempos y no deben esperar a que termine el tiempo de confinamiento para hacerlo.

@Alberto_Rivera2 

Alberto Rivera

Construyo procesos de comunicación siendo y haciendo cosas diferentes, provocando emociones y moviendo conciencias hacia la participación social y política.

Ayudo a potenciar marcas de proyectos políticos y gubernamentales a través del descubrimiento de insights, arquetipos de marca y estrategias de comunicación política.

Soy consultor, catedrático y speaker en Estrategias de Campaña Política y de Gobierno. Director General de Visión Global Estrategias.

Soy originario de Tampico, Tamaulipas y cuento con una Maestría en Educación, Maestría en Política y Gobierno y Doctorado en Filosofía; además de tener diversas especializaciones en Comunicación Política, Consultoría Política e Imagen.