Cuando creíamos que ya se había avanzado, que la brecha de la desigualdad en este México lindo y querido estaba desapareciendo, que ricos y pobres podíamos convivir, que los odios por las diferencias socioeconómicas estaban quedando atrás porque los mexicanos estábamos conscientes que todos necesitábamos de todos resulta que ahora el mismo Presidente marca las diferencias.

Divide al pueblo, resalta las diferencias entre pobres y ricos, incita al odio entre unos y otros, prefiere entregar dinero a jóvenes que ni estudian ni trabajan en lugar de estimular a los que se esfuerzan y estudian para salir adelante.

Tal parece que al Presidente ANDRES MANUEL LOPEZ OBRADOR lo que más le interesa es un pueblo pobre, sometido, sin preparación, una sociedad que no le sirva a nadie pero tampoco sirva para ser mejores.

Quiere el presidente que se retroceda, que se agrande la brecha de la desigualdad, que los pobres pelen con los ricos como si no necesitaran unos de los otros, como si no fuéramos hijos de una misma patria.

Este México lindo y querido no merece ser sometido ni un pueblo dividido, requiere que todos los mexicanos veamos por la grandeza de este país, pero no se podrá si el mismo presidente incita al encono.

Cierto es que en cada administración hay consentidos y cambian de favorecidos, igual es verdad que el mandatario en turno, sobre todo cuando su antecesor es de otro partido político o los intereses no son los mismos, acusan a los del pasado, pero esta es la primera vez en la historia del México reciente que se utiliza al pueblo para agrandar la brecha de la desigualdad.

El problema es que, si el presidente sigue con su errática política, apostándole al divide y vencerás el único que saldrá perdiendo es el país porque los empresarios que son los que realmente generan empleos dejarán de hacerlo, incluso pueden retirar sus capitales y entonces tendremos un México más pobre, menos capacitado.

Lamentable, pero todo indica que eso es lo que quiere el presidente, que el país retroceda, que la brecha de la desigualdad se agrande, que se cierren fuentes de empleo, que los ricos se vayan y se quede solo un pueblo pobre.

Todos quisiéramos que México fuera un país de primera, que tuviera avance, que pueda hablarle de tu al mundo pero con las malas políticas de los de la cuarta transformación, o transformación de cuarta, pues nadamás no se puede.

Rosa Elena González

Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10