Monterrey (Notimex).- El arzobispo de Monterrey, Rogelio Cabrera López, anunció este lunes que ha decidido suspender las mismas presenciales, acatando las recomendaciones de la Secretaría de Salud y de la Conferencia Episcopal Mexicana.

Monseñor Cabrera aclaró que la Santa Misa se seguirá llevando a cabo, pero que estará cerrada al público y los fieles podrán seguirla a través de las redes sociales de la arquidiócesis.

“El fin de semana pasado”, comentó Cabrera López, “después de la publicación de la dispensa concedida sobre el precepto dominical, notamos que, no por falta de fe sino por tomar medidas oportunas, bajó la asistencia a las iglesias y aumentó el seguimiento de la Santa Misa por los medios digitales. Les agradezco este compromiso con el bienestar y la salud pública”.

“En estos días me he estado comunicando, por diversos medios, con autoridades en materia de salud y con médicos reconocidos de nuestra ciudad para tomar la mejor decisión en torno de la celebración de la Santa Misa y el resto de actividades de nuestra Arquidiócesis”.

“Así, en comunión con mis Obispos Auxiliares y Vicario General, he decidido suspender la celebración pública de la santa misa, incluso los domingos, y cualquier otra actividad pastoral o formativa en nuestra iglesia local a partir del 17 de marzo de este año y hasta nuevo aviso”.

En este sentido, “a todos los fieles los invito a seguir la celebración de la Santa Misa por los medios digitales y a elevar a Dios nuestras oraciones, en especial la liturgia de la horas y el santo rosario, por las mismas intenciones que los sacerdotes ofrecerán las misas: los enfermos, sus familias y todos los profesionales de la salud”.

Monseñor aclaró que cada sacerdote deberá seguir celebrando cotidianamente la Santa Misa y los diáconos podrán acompañarlos, pero sin presencia de fieles laicos, ofreciéndola por las intenciones de toda la comunidad, en especial por los enfermos, sus familias y los profesionales de la salud.

“En cuanto a las ceremonias especiales (matrimonios, XV años, etc.) deberán entrar en diálogo los interesados con su párroco para ver si se cambia la celebración a un momento más oportuno o se celebran con las debidas precauciones”, agregó Rogelio Cabrera.

“Además, los sacerdotes, entendiendo su vida de entrega y tomando las debidas precauciones, deberán estar disponibles para la atención espiritual de los enfermos que lo requieran”.

“Fuera de la celebración de la Santa Misa, las iglesias permanecerán abiertas para la oración personal de todos los fieles, que deberán guardar la debida prudencia y evitar aglomeraciones”, concluyó el arzobispo de Monterrey.