Cuando un candidato dice que realizará una obra o solucionará un problema pero no dice los “cómos”, sabemos que están jugando con el electorado. Lamentablemente esas muy probablemente son mentiras, que les llaman propuestas, que son irrealizables en muchas ocasiones, después se convierten en agenda pública y quizá de alguna forma eso es lo que el electorado quiere escuchar y al menos lo que se discute es lo que le interesa a la ciudadanía.

En estos casos la irresponsabilidad es sobre la o el candidato, muchas veces veíamos que esto ahí terminaba y que en el ejercicio de gobierno se desmentían dichas propuestas, se reconocía el error y se realizaban otras acciones más adecuadas. Se moría el problema.

Como servidor público no puedes confiarte de lo que te digan de forma “económica” en una charla, te basas en documentos, en evidencias, en información oficial de actores oficiales, para informar, o tomar decisiones, sino se cometen errores.

¿Qué pasa cuando la mentira sigue?

Cuando ya formas parte de la administración pública mentir a la ciudadanía, definitivamente es un acto de una irresponsabilidad enorme. Porque de estas mentiras se desprenden acciones de gobierno con base a esa información y estas a su vez generan otras problemáticas que sí le cuestan a las y los ciudadanos.

También genera confusión dentro de la administración pública, creer que se están realizando bien las cosas en un área, puede relajar a los servidores públicos encargados del área o quita la atención que quizá ameritaría.

Ejemplo:

La venta del avión presidencial, hoy es más caro por todas las acciones que han realizado y el fracaso de una venta, sin tener en conocimiento la situación de arrendamiento y el mercado de este tipo de aviones. Esto al grado de tener una declaración como la de realizar una rifa. Así como al Secretario de Comunicaciones y transportes desmintiendo o cuestionando dicha información.

Las mentiras sí cuestan, pero además  violentan un principio del derecho administrativo el de la certeza, y esto a su vez nos hace cuestionar toda información que salga de la misma. La falta de certidumbre en la acción gubernamental nos puede llevar a una crisis. No ayuda a encontrar las soluciones, las oculta.

Presidente del PRI Victoria

@LachoReyna

Horacio Reyna de la Garza

 

Lic. en Ciencia Política y Administración Pública, tiene una maestría en Política y Gobierno. Es regidor del Ayuntamiento de Victoria y catedrático en la Universidad La Salle.