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Pacto obsoleto

Por: Juan Sánchez El Día Sabado 07 de Diciembre del 2019 a las 20:30

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El Sistema Nacional de Coordinación Fiscal amerita una revisión profunda, pues de lo contrario se pondría en riesgo el Pacto Federal que da sustento al Estado mexicano. 

Sobre todo ahora, cuando los gobernadores se muestran inconformes con el reparto de recursos recaudados por concepto de impuestos al Valor Agregado (IVA), Especial Sobre Producción y Servicios (IEPS) y Sobre la Renta (ISR), ya que consideran inequitativa esta distribución. E insuficiente para cubrir las necesidades de sus territorios.

Desde hace por lo menos dos décadas, se ha insistido en el tema. Sin embargo, el Gobierno Federal --bajo el mandato de Vicente Fox Quesada, Felipe Calderón Hinojosa, Enrique Peña Nieto y (ahora de) Andrés Manuel López Obrador--, le ha dado largas al asunto, pues acorde a la anacrónica Ley de Coordinación Fiscal, le concierne manejar el 80 por ciento del total de ingresos fiscales generados en todo el país.

A los gobiernos estatales se les adjudica el 15 por ciento; y el resto, 5, a los municipales.

Pero la repartición del 15 por ciento resulta inequitativa, puesto que se distribuye un 45.1% con base al número de habitantes, sin importar cuánto haya recaudado cada entidad; un porcentaje igual se prorratea entre los 32 estados que más recolecten; y el resto (9.66), se reparte en una proporción inversa a las participaciones por habitantes que tenga cada localidad.

Para el investigador José María Serna de la Garza (UNAM) esto es un indicador del grado de dependencia financiera de los estados y municipios.

Y precisamente esto ya no quiere la asociación civil Gobernadores de Acción Nacional (GOAN), por lo que exige reformar la Ley de Coordinación Fiscal, para que del total de la recaudación (en todo el país), la Federación ejerza el 70 por ciento –10 puntos menos--, el 20% los estados y un 10 por ciento los municipios.

Recomendación añeja

De acuerdo con el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal, cada uno de sus integrantes está obligado a respetar los acuerdos suscritos en 1947 al desarrollarse la Convención Nacional Fiscal, sobre el cobro, la recaudación y administración de los recursos públicos.

Seis años después entró en vigor la Ley de Coordinación Fiscal –cuya reforma más reciente se dio en 1978--, aunque para los gobernadores ésta dejó de funcionar adecuadamente desde el 2000, cuando el centralismo se hizo más agudo, pues les empezó a conculcar recursos, bajo una errónea interpretación del reparto.

De ahí que los mandatarios estatales iniciaran su reclamo de adecuar, conforme a los nuevos tiempos, la reglamentación en la materia.

Sobre el particular, un análisis presentado ante los gobernadores y el Presidente de la República Mexicana, confirma que ‘antes de la aparición de los primeros antecedentes claros de la coordinación fiscal, la situación existente se caracterizaba por la multiplicidad de tributos federales, estatales y municipales; la complejidad del sistema tributario; la existencia de leyes fiscales a menudo contradictorias, y las exacciones desproporcionadas e inequitativas en gravámenes.

‘Para corregir esta situación –establece el documento--, se realizaron inicialmente las Convenciones Nacionales Fiscales.

‘A partir de 1973, todos los estados fueron coordinados, al reformarse la Ley Federal Sobre Ingresos Mercantiles, con una tasa única general del 4% por ciento aplicable en toda la República Mexicana, en lugar de la tasa federal que existía (1.8%) y la regulación del 1.2% para los estados que se coordinaran.

‘Posteriormente, la Ley de Coordinación Fiscal de 1980 derogó la Ley de 1953; originando lo que hoy conocemos como el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal’.

No obstante, la coordinación fiscal se ha centrado fundamentalmente en el aspecto del ingreso, aunque hubo procesos de descentralización del gasto federal en educación y salud, transfiriéndose recursos a los estados, pero con facultades limitadas, en un modelo centralista e insuficiente que no responde a las necesidades actuales.

‘Si bien es un hecho incuestionable que las haciendas públicas de las entidades federativas y sus municipios se han fortalecido en el contexto de la Coordinación Fiscal, también es cierto que este sistema se encuentra prácticamente agotado y debe ampliarse su horizonte hacia una coordinación integral del ingreso, el gasto y la deuda entre los tres órdenes de gobierno; encaminado al urgente fortalecimiento del federalismo mexicano que debe ser, no sólo fiscal, sino también hacendario.

‘Hoy, transcurridas más de siete décadas de la última Convención Nacional Fiscal, es imperante la búsqueda de un nuevo federalismo que fortalezca las haciendas públicas estatales, dé renovado impulso al desarrollo regional y transforme el actual esquema centralista de la Federación’, cita el documento.

¿Nuevo sistema federal?

Para algunos estudiosos del tema, es necesario realizar una serie de ajustes profundos que permitan al país adaptarse a una nueva realidad para así lograr un desarrollo incluyente y equitativo.

Al proyecto se le ha denominado Reforma del Estado, reiteradamente.

Pero no es idea original de los políticos.

En los últimos 30 años, académicos, investigadores, especialistas, luchadores sociales, miembros de organismos no gubernamentales, funcionarios de gobierno y viejos constitucionalistas han denunciado, cabildeado y luchado por la redefinición de un federalismo acorde a los tiempos modernos que implique la revaloración de los órdenes y estructuras de gobierno; redefina su autonomía y libertad; fomente la asociación entre todos los órdenes de gobierno y los tres Poderes de la Unión, para que México se convierta en una verdadera República con poderes definidos en el ámbito local, regional, estatal y federal, y con una personalidad que impulse el desarrollo.

Esta lucha por un auténtico federalismo nuevamente la encabezan la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) y la GOAN, aunque hayan encontrado serios obstáculos por parte del Gobierno Federal.

Y su batalla podría prosperar, ya lo creo.

E-m@il

jusam_gg@hotmail.com

Caminante no hay camino

Los cuestionamientos ciudadanos por la falta de obras públicas en Victoria, aunados a sus diferencias con los funcionarios más cercanos al presidente municipal, Xicoténcatl González Uresti, quizá fueron los motivos que Edgar Javier Valdez Salinas tuvo para renunciar como director del área.

Hasta el momento, nada ha dicho al respecto, pero tal vez lo revele en uno de sus encuentros con la prensa, ya que seguirá cobrando, pero ahora como regidor, desplazando a su suplente Juan Manuel Gómez Castillo.

Edgar es el segundo director de Obras Públicas que renuncia al cargo en la actual administración municipal –el primero fue José Alonso Azpeitia Cruz--, así que él seguramente sería culpado por no ejercerse 40 millones de pesos en la materia antes del 31 de diciembre.

Se hace camino al andar

El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca sigue figurando en el ‘top ten’ de los mandatarios estatales mejor evaluados del país, acorde al estudio de opinión realizado por el ‘Ranking de Gobernadores’, que dirige Alejandro Rodríguez.

El jefe del Ejecutivo tamaulipeco figura entre los tres (panistas) más populares del país, junto a sus pares de Yucatán (Mauricio Vida Dosal) y Querétaro (Francisco Domínguez Servién), en la encuesta practicada vía telefónica a 19 mil 200 personas.

García Cabeza de Vaca se ubicó en la cuarta posición de popularidad, sobre su desempeño como mandatario estatal, en un plano general.

En contraparte, entre los peor evaluados, están los mandatarios de Veracruz, Zacatecas, Colima, Tlaxcala, Chihuahua, Morelos, Nuevo León y Estado de México.

Cicuta

Los recortes a la burocracia no son particulares del Gobierno estatal, pues, según sé, también afectarán al personal de los ámbitos federal y municipal.

Y todo porque la política paternalista de López Obrador conculcó a las entidades recursos para ejercerlos populacheramente.

Juan Sánchez Mendoza

Ha ejercido el periodismo durante más de tres décadas, alcanzado premios estatales en dos ocasiones; autor del libro "68. Tiempo de hablar"(que refiere pormenores del memorable movimiento estudiantil); autor de ensayos literarios; y reportero de investigación de tiempo completo, acá en territorio nacional y más allá de nuestras fronteras y del continente americano.

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