Con el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres como pretexto muchas mujeres se manifestaron en la CDMX, pero más que eso salieron a cometer actos vandálicos, perdiendo todo sentido.

¿Qué intereses les mueve, por qué tanto odio, de verdad creerán estas damas que el banalizar sirve para darse a respetar?, quien sabe, lo real es que nada justifica su comportamiento anarquista ni el daño que hacen que, aunque ellas no lo crean, también se hacen así mismas.

La ciudad no tiene la culpa de nada, no es justo que la maltraten de esa manera, para pedir respeto tenemos que respetar, además con esas acciones solo ensucian, echan a perder la lucha por la igualdad, por la eliminación de la violencia contra las mujeres.

Las mujeres que han luchado por los derechos de las nuestras, por la igualdad de género, para que las féminas tengan más y mejores oportunidades laborales y se les respete y no violente no necesitaron marchar desnudas, convertirse en entes violentos o cubrirse el rostro para cometer disturbios.

Tal parece que las “manifestantes” que dañaron la CDMX y el patrimonio de los mexicanos no saben lo anterior, no lo quieren entender o quizá no tienen conciencia de ello porque violentamente arremeten contra todo lo que se encontraban a su paso.

Irresponsablemente destruyeron patrimonio histórico, dañaron seriamente la ciudad, destrozaron comercios, impidieron que miles de ciudadanos pudieran llegar a sus centros de trabajo o estudio y, lo más lamentable, agredieron hasta a las de su mismo género, a las policías que hacían esfuerzos sobre humanos para contener la turba de mujeres encolerizadas que la verdad muchas de ellas no sabían ni siquiera que andaba haciendo y otras quizá ni estaban en sus cinco sentidos.

Con consignas como, “que se mueran todos los hombres, se va a caer se va a caer el machismo se va a caer”, entre otras, las mujeres como una verdadera marabunta dejaba destrucción a su paso.

¿No tendrán padres, hermanos o hijos esas mujeres?, tal parece que no pues quiere que se mueran los que existen. Locas.

Pero si tanto odian a los hombres porque quieren ser como ellos o, lo peor, quieren rebasar sus peores acciones.

La dichosa manifestación solo demostró que algunos grupos de mujeres pueden ser más violentas, destructivas y hasta inconscientes que muchos hombres. Dan más miedo. Sus ejemplos son alarmantes.

Triste fue ver que en la manifestación mujeres enseñaban a sus pequeñas hijas a maldecir y banalizar la ciudad, sin tener conciencia que otras de su mismo género serían las que más tarde tendrían la labor de tratar de resanar el daño que ellas dejaron.

Ser mujer no las exime de castigo, si comenten actos indebidos tienen que ser frenadas, no pueden ir libremente dañando la ciudad, acabando con patrimonio histórico, perjudicando el patrimonio de la gente que trabaja y agrediendo a quien tiene la desgracia de cruzarse por necesidad en su camino.

Además, insistimos, la igualdad y erradicación de la violencia contra las mujeres inicia desde el hogar, son las mujeres las que principalmente educan a sus hijos.

Cierto es que las autoridades tienen que aplicarse para erradicar los índices de violencia contra las mujeres, que las leyes se apliquen, que se tenga voluntad para que los esquemas de protección a las de nuestro genero funcionen.

Pero también es verdad que los padres de familia tenemos que trabajar desde el hogar para educar con valores a los hijos y enseñarles a nuestras hijas la igualdad, que tienen en derechos y obligaciones con los hombres, que todos entiendan que hombre y mujer son complemento y no se puede violentar uno a otro.

No señoras, el banalizar, agredir y pedir que se mueran los hombres no es pedir igualdad o seguridad, así no se exige respeto.

Puede ser que nos acusen de misoginia, de cómo mujer no ponernos de parte de las manifestantes y criticarlas, pero la verdad, las que cometieron actos vandálicos no nos representan.

Siempre estaremos a favor de la inclusión de las mujeres, defenderemos sus causas cuando estas tengan sentido y motivo, sigo creyendo que la mujer es el eje central de la familia, engrane de toda sociedad y merece que se le dé su justo valor y se le trate con respeto, pero igual creo que así como hay de hombres a hombres, que no creo que todos son iguales,  también hay de mujeres a mujeres y las que destruyen en lugar de construir no nos representan, al contrario más que muchos hombres, nos dan más miedo.

Rosa Elena González

Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10