La Plata, (Notimex).- El líder religioso Víctor Manuel Fernández destacó que “no hace falta ser creyente ni dogmático para defender la vida por nacer” y cuestionó al próximo presidente de Argentina por su decisión de priorizar un tema “que tanto divide a los argentinos”.

El arzobispo de La Plata, mejor conocido como “padre Tucho”, publicó esta tarde en sus redes sociales un mensaje donde reafirmó su postura en contra del aborto y declaró que es demasiado pronto para llevar el tema a discusión al parlamento.

El clérigo respondió así a las declaraciones del próximo presidente de Argentina, Alberto Fernández, quien adelantó este fin de semana a medios argentinos que “tan pronto” asuma el poder presentará un proyecto de ley para retomar el debate sobre el tema del aborto.

“Una cosa es despenalizar a la mujer que ya abortó y otra cosa es legalizar el aborto” porque según sus declaraciones “casi ninguna mujer va presa por haber abortado”, señaló el allegado del papa Francisco.

Fernández, quien llegará a la presidencia el 10 de diciembre, argumentó la necesidad de una ley de aborto para atender un problema de salud pública en Argentina.

Ante lo cual, el arzobispo platense respondió que primero deberían atenderse las muertes maternas generadas por distintos factores de riesgo durante el embarazo.

Con su publicación en Facebook, Tucho Fernández se posicionó en contra de quienes consideran que el embrión es “un montón de células animales sin derechos”.

Invitó además al próximo mandatario a dialogar sobre el tema no sólo con el arzobispo, sino también con quienes votaron por él bajo la promesa de campaña de que no trataría el tema con urgencia y se tomaría el tiempo necesario para lograr un acuerdo.

La despenalización del aborto ha sido uno de los temas que más ha polarizado a las provincias argentinas y esto se ha reflejado en el parlamento del país sudamericano.

Apenas el año pasado se discutió una iniciativa para legalizar el aborto hasta la semana 14 de gestación. A pesar de haberse aprobado en la Cámara de Diputados, el Senado echó para atrás el proyecto de ley con 38 votos en contra y 31 a favor.

La discusión dentro del legislativo tuvo a simpatizantes de ambas posturas en las calles de Buenos Aires hasta altas horas de la madrugada cuando se decidió, tras una sesión que duró 16 horas, mantener la interrupción del embarazo como un delito penado con hasta cuatro años de cárcel.

De esa forma se dejó a Argentina con una ley que data de 1921, la cual únicamente permite el aborto en casos de violación o cuando la vida de la madre está en peligro.

De acuerdo con estimaciones extraoficiales citadas por el diario El País, entre 350 mil y 450 mil mujeres abortan cada año en Argentina, muchas de ellas de manera clandestina y en condiciones insalubres o con médicos no profesionales.