Nuevo Laredo, Tamaulipas. - A pesar de la estrecha relación con las costumbres norteamericanas, este sábado se celebró en Nuevo Laredo el día de los muertos.

Los dos panteones públicos y los privados se vieron abarrotados por cientos de neolaredenses.

El blanco del mármol y del granito, se iluminó con el colorido del ir y venir de la gente, cargando arreglos florales, vasijas con comida y hasta bocinas, además de papel picado que cruzaba las calzadas de algunos panteones como el Antiguo Municipal.

Afuera, se degustaron las tradicionales enchiladas rojas, gorditas fritas, menudo y por supuesto los taquitos de carne asada.

El fara fara también se hizo presente, un acordeón, bajo sexto y voces, para interpretar algunos temas norteños que a muchos de los que hoy en paz descansa les gustaban.

También se dejaron ofrendas sobre las tumbas con comida, bebida y detalles de cada persona fallecida.

Así se vivió el 2 de noviembre, día de los muertos en Nuevo Laredo, entre nostalgia y la alegría de estar vivos, de celebrar la vida de aquéllos que no si bien se fueron de este mundo terrenal, quedan en el recuerdo de sus seres queridos.