Morelia, Mich., (Notimex).- El actor José María Yazpik, quien presentó su ópera prima Polvo en la 17 edición del Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), consideró que las autoridades no pueden evitar que el cine y el teatro hablen del narco, porque es el contexto en el que se vive.

Luego de la proyección del filme, el también director dijo en conferencia de prensa que la responsabilidad del cine y el teatro es plasmar lo que se está viviendo en el momento. "Arreglen el problema y ya podremos hablar de otros temas".

"Parece un detallazo que las autoridades, quienes nos tienen en esta situación (de violencia), digan que ya no podemos hablar del narco. Pero se chingan porque es el contexto en el que estamos viviendo, si fuera otro, hablaríamos de otras cosas".

Polvo es el título de su primera película como director y aunque la historia tiene que ver con la cocaína, José María Yazpik sostiene que no es una producción que abunde en los narcos sino sobre la inocencia y el paraíso perdido.

Ambientada en San Ignacio, Baja California Sur, de 1982, el pueblo de su padre, el filme narra el caso de "Chato", un hombre que hace 10 años se fue de ahí para buscar fama y fortuna en Hollywood.

Hoy vuelve con el propósito de recuperar un cargamento de cocaína que arrojaron desde el aire, justo en San Ignacio. Si no lo hace, la mafia se irá en contra de todos los habitantes del pueblo, incluidos sus padres, su exnovia y el hijo que tuvo con ella y que no lo sabía de su existencia.

"Aunque los elementos están ahí, mi interés no fue hacer una crítica sobre el narcotráfico ni mucho menos. La cocaína es detonante para que el 'Chato' pueda regresar al pueblo y lo escogimos para reflexionar sobre la pérdida de inocencia y el paraíso perdido", explicó.

Polvo, precisó, abunda en el viaje que el protagonista, interpretado por él, hace rumbo a su pueblo, y estando ahí, se reencuentra con su pasado, con las decisiones que tomó y sus consecuencias.

"No quisimos hacer una película violenta que tratara sobre el narco, pues ya es demasiado lo que vemos todo el tiempo. Además, es un tema muy complicado y complejo", opinó el ahora director, quien comparte créditos con Mariana Treviño, Joaquín Cosío, Adrián Vázquez y Angélica Aragón, entre otros actores.

Desde el inicio del rodaje, Yazpik tenía clara la forma en que llevaría a cabo cada secuencia. "Fue muy sencillo apagar y encender el switch de director", dice, para después enfundarse en el papel de actor con el apoyo del fotógrafo Tonatiuh Martínez a fin de llegar a las emociones requeridas.

La trama fue situada en 1982 porque en aquel tiempo no había televisión ni radio. Señaló que dicho contexto, permitía que se pudiera plasmar de una mejor manera la inocencia del pueblo, pues en la época actual es difícil pensar que nadie reconocerá un paquete de cocaína.

Admitió que una historia similar sucedió en Colombia y en ella se inspiró junto con el escritor Alejandro Ricaño, aunque no con el mismo final, pues en la película el crimen organizado no asesina a todo el pueblo.

Tras probar la experiencia como director, José María Yazpik informó que continuará bajo esta faceta a la par de como actor. Buscará que su siguiente filme se concentre en la comedia, pues a través de este género puede criticar todo.