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Congreso ITESM: Centroamericanos por Tamaulipas

Por: Jorge A. Lera El Día Miercoles 09 de Octubre del 2019 a las 22:13

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INTRODUCCIÓN:

Este "PRIMER CONGRESO RETOS DE LA MIGRACIÓN Y LA PROPUESTA DE RECONFIGURACIÓN DEL MUNDO ACTUAL" (29-30 noviembre 2019), pretende reunir investigadores, personas de la Sociedad Civil, defensores de derechos humanos y voluntarios de albergues a participar en este congreso que tiene como fin unir las voces de la academia con las de otros saberes.

Los ejes temáticos planteados para ser abordados en los dos días del congreso serán: Derechos humanos y migrantes en situación irregular; Deportaciones masivas; Saberes académicos y saberes alternativos; Xenofobia y criminalización del migrante; Crimen organizado y trata de personas; Desarrollo económico centroamericano; y, Políticas públicas en la región.

Para la Escuela de Relaciones Internacionales de la Universidad Anáhuac Querétaro (UAQ) y la UAMCEH de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT), es un privilegio apoyar en la conducción de una de las mesas de trabajo del Primer Congreso Internacional de Migración, que promueve el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM) Querétaro, durante los días 29 y 30 de noviembre, bajo el panel de Migrantes irregulares - Derechos Humanos – políticas públicas en la región (caso Tamaulipas).

Cabe mencionar que este panel será integrado por la candidata a doctora Josefina Ochoa González (UAQ), el doctor Jorge Lera Mejía (UAT) y el doctor Salvador Escobar Villanueva (UAQ). Considerando los respectivos perfiles académicos y profesionales, la propuesta del panel circularía en abordar a la migración desde el campo de los derechos humanos, y cerrar con el análisis de políticas públicas en la región noreste del país (caso de Tamaulipas y la acción del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes).

Para abordar el tema central y regional del estado de Tamaulipas, nos acompaña el C.P. José Carmona Flores, Director General del Instituto Tamaulipeco para el Migrante (ITM) y Coordinador Nacional de la CONOFAM.

ANTECEDENTES:

México es una nación expulsora de migrantes, principalmente hacia Estados Unidos de América (EE.UU.), a la vez que es receptora de migrantes centroamericanos y sudamericanos, algunos
de manera permanente y otros en tránsito, desplazándose hacia el vecino país del norte. (Fuente: Extractos del artículo "Diáspora de Tamaulipas, México, transmigrantes, deportaciones y desarrollo" publicado por Lera, Ochoa y Cantú en Revista SOCIOTAM Ene-Jun 2018).

En la última década, estos movimientos migratorios irregulares hacia EE.UU. se han producido en un contexto de incremento de la inseguridad y, por tanto, de mayor vulnerabilidad de las personas migrantes frente a amenazas de extorsión, asalto, violación, secuestro e incluso homicidio, entre otras (Lera, 2018).

Por lo tanto, los flujos migratorios de trabajadores mexicanos y centroamericanos se enfrentan a modernos controles migratorios y al incremento de medidas restrictivas enfocadas a los trabajadores internacionales que se desplazan por motivos laborales a territorios distintos a sus lugares y países de origen, ocasionando riesgosas odiseas y fatídicas rutas para el desplazamiento de estos trabajadores (Anguiano y Trejo, 2010).

Por otro lado, el fenómeno migratorio ha ido evolucionado con el paso de los años, y recientemente se ha vuelto mucho más complejo debido a la influencia que el cáncer de la delincuencia organizada ha dejado sentir en todos los sectores de la sociedad. Ya no solamente se debe lidiar con traficantes inescrupulosos (polleros o coyotes) que ponen en peligro la vida de los migrantes, al exponerlos a condiciones inhumanas de viaje, sino que se debe temer la intervención de grupos de delincuentes que roban, violan, secuestran, extorsionan, asesinan y trafican con migrantes inocentes, cuyo único delito es buscar mejores condiciones de vida para sí y sus familias.

Sin embargo, las violaciones de los migrantes son mayores mientras más lejos sea el desplazamiento. De hecho, según Bustamante (2010), ello tiene cierta corresponsabilidad con los flujos migratorios, así como también con los patrones geográficos: mientras más lejos el migrante se desplace, mayores son las violaciones a sus derechos humanos (Bustamante, 2010).

Hay evidencias de estas violaciones, con la nota periodística denominada "El tren que huele a muerte" del diario español El País, del 16 agosto de 2005, que declara el escenario de corrupción y crimen organizado que vulnera los derechos humanos de los emigrantes centroamericanos al subirse al tren que los llevaría a alcanzar el sueño americano. Es decir, con la noticia se considera que México no cumple fielmente con los compromisos internacionales en derechos humanos (Bustamante, 2010).

Sin duda, uno de los hechos más violentos y de crimen a inmigrantes son los acontecidos en San Femando, Tamaulipas, en donde 72 migrantes de Centro y Sud América perdieron la vida en agosto de 2010, tras haber sido interceptados por un grupo de la delincuencia organizada. Ello, aunado a los 183 migrantes mexicanos reportados en 40 fosas comunes, entre el 15 de marzo y el 19 de abril de 2011, ha llamado poderosamente la atención de las autoridades nacionales e internacionales, para exigir redoblar los esfuerzos tendientes a proteger la integridad física de estos migrantes, a la vez que ha mostrado la ineficacia de las autoridades federales, estatales y municipales para atender esta problemática.

Los transmigrantes, después de pagar un costo promedio desde cinco mil dólares hasta cerca de siete mil dólares para cruzar ilegalmente a EE.UU., así como "aguantar penurias" para llegar a Norte América, con las diásporas mexicanas y centroamericanas les queda un mal sabor, porque pierden lo poco que tenían al ser deportados o repatriados por las autoridades de la Agencia ICE. Pero, sobre todo, se rompen las familias.

Ahora estas diásporas se enfrentan con la seria amenaza actual del gobierno de EE.UU., que anuncia medidas drásticas e insensibles, afectando la entrada de mexicanos a territorio estadounidense, y aumentado las deportaciones masivas, provocando mayor vulnerabilidad y violencia hacia los transmigrantes.

A MANERA DE CONCLUSIÓN:

Sin duda hoy, así como pasa en Matamoros, Reynosa o Nuevo Laredo, principales ciudades fronterizas del estado de Tamaulipas, también otras ciudades fronterizas de México tienen la particularidad geográfica de compartir los más de 2,500 km de frontera con EE.UU. Esta condición es trágica ante las condiciones presupuestales, sociales y estructurales que tienen las instituciones de asistencia por parte de todos los órdenes de gobierno. Lo cual contrasta con el hecho de que Tamaulipas residen alrededor del 33% de los mexicanos deportados.

Se entiende en general que los migrantes centroamericanos huyen de la violencia social y la pobreza en los países de la región. Si bien como es sabido existe un fenómeno de trafico de personas que alimenta lo que hoy es un éxodo, ya no tiene como motor principal el “sueño americano”, ahora se busca huir de la violencia que existe en centro américa.

Lo más grave y delicado ahora, es que se deben atender tanto las causas como los efectos de este nuevo y complejo fenómeno migratorio 'bipolar' que se encuentra entremezclado entre las propias diásporas migrantes de mexicanos, más en retornos voluntariamente o forzados por las deportaciones masivas del presidente Donald Trump, adicionando el explosivo movimiento en forma de verdaderos éxodos humanos centroamericanos, que desbordan ya las fronteras del norte de México, principalmente la frágil frontera Tamaulipeca llena de vicios y de violencia.

Los distintas grupos de la sociedad civil, organizaciones internacionales, los tres órdenes del gobierno mexicano, pero sobre todo, los profesores investigadores de las universidades públicas e instituciones de educación privadas, se tienen que aglutinar en sinergias positivas que abonen en favor de soluciones integrales e inteligentes de esta vorágine migrante que amenaza la estabilidad económica, política y social mundial.

Jorge Alfredo Lera Mejía

Tampiqueño, Economista (ITAM), LAE, Maestro en Economía y Doctor en Administración Pública (UAT).

Asociado del INAP, Subsecretario del Exterior de la Federación del Colegio Nacional de Economistas y Vicepresidente zona noreste de la LER. Inicia su carrera en 1977 y ha desempeñado diversos cargos en la Administración Pública Federal, en Michoacán y en Tamaulipas.

Catedrático en la UNAM, ITAM, ULSA y actualmente profesor-investigador por la UAT e Instructor de la Auditoría Superior de la Federación.

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