No cabe duda que las banderas políticas son muy interesantes, aunque poco efectivas, y tal es el caso cuando escuchamos al secretario de educación Esteban Barragán, asumiendo posturas que sabemos que el gobierno mexicano no podrá cumplir, por la naturaleza del ser humano, de los mexicanos, y porque tenemos muchos años viendo como nos toman el pelo los funcionarios que pretenden que creamos que trabajan por nosotros cuando en realidad se sirven del erario.

Este jueves habló del proyecto denominado “Educación para la salud”, en el que asegura, no habrá escolares gordos ni obesos: ha descubierto el hilo negro el representante de la 4T, sin tomar en cuenta la ideología social y las necesidades que tenemos la mayoría de los mexicanos.

Se habla de un programa de activación física en el que cada hora los niños tendrán un ejercicio físico, a lo que asumimos, conociendo a los emisarios de la CNTE y del SNTE, que estos lapsos de tiempo se harán como otros recreos, en detrimento de las clases, es decir: habrá menos clases y un buen pretexto para salir del salón y no cumplir con sus obligaciones.

Por otra parte, habla de un sistema de alimentos en las cooperativas en el que obligarán a todos a manejar alimentos saludables, sin tomar en cuenta la naturaleza de éstos. No es la primera vez que se les ocurre tan brillante idea a nuestros funcionarios, y no será la primera vez que fallen. ¿por qué? Sencillo.

Hablan de que las cooperativas vendan alimentos saludables como ensaladas y más, pero nadie se pone a pensar quién los preparará. En experiencias vividas hace años, los padres de familia no pudimos aguantar el ritmo para preparar, por ejemplo, 100 o 200 platos con jícama o pepino: era más fácil vender frituras galletas o flautas y tacos, que es el común alimenticio de nuestras escuelas.

¿De donde saca Moctezuma Barragán que venderán las cooperativas alimentos saludables? ¿Conocerá alguna escuela acaso? Imposible, dirían algunos, porque no hay la infraestructura necesaria ni el recurso humano para preparar higiénicamente los alimentos saludables de los que hablan.

O usted, padre de familia: si le toca, ¿Preparará los sándwiches con pan integral, con ensalada y las verduras frescas para los niños? Habría que ver quien hace las copras y quién pagará estos gastos tan grandes que implica el comer bien. No nos engañemos: es mucho más fácil preparar taquitos de frijoles, y mucho más barato que considerar un menú balanceado, y no es por malos, sino porque los padres de familia no tienen el tiempo requerido para estas acciones, y contratar a alguien encarecería muchísimo los productos, haciendo imposible que la gente común corriente pague diariamente por que sus hijos coman bien.

Y todavía, Moctezuma Barragán echa la culpa no a las cooperativas, sino a los padres de tener niños obesos; algo hay de razón, aunque mucho tiene que ver el que millones de padres no ganan lo suficiente para dar alimentación adecuada a sus hijos.

Esa es la realidad de México: no hay dinero para una buena alimentación, y ni el tiempo para prepararla, así que, don Esteban se ha equivocado, como ha sucedido con los genios de la 4T que pretenden descubrir el hilo negro de la educación y la nutrición.

Queremos ver los resultados de la idea de Moctezuma, avaladas por el señor López Obrador, y que pretende descalificar lo que se ha hecho en materia de nutrición y educación, por parte de sus “enemigos”, los anteriores, y la brillantez de sus ideas que seguramente funcionarán como sucedió con el Seguro Popular, las estancias y todos esos bienes de beneficio social que desterraron, empobreciendo aún más a los mexicanos.

Moctezuma nos quiso engañar, nos quiso vender ilusiones, en un país donde la desnutrición es cosa común, porque la situación económica de la gran mayoría no permite que comamos lo necesario. No nos engañemos, y que no nos quieran ver la cara de turistas, por favor.

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Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.