Tampico, Tamaulipas. - Con una misa de cuerpo presente realizada en la Iglesia Catedral de Tampico, la ciudad entera despidió al cronista del municipio Marco Antonio Flores Torres, acaecido el pasado martes.

La homilía la encabezaron el vicario de la Diócesis de Tampico, Elías Gómez Martínez y el padre Manuel Artemio Garza García, estando presentes la hermana del cronista Genoveva Flores, y el alcalde porteño Jesús Nader Nasrallah, acompañado de regidores y colaboradores de la Comuna.

El acto litúrgico marcó la despedida al servidor público, al cronista urbano, al intelectual citadino, al abogado y al amigo, pues hubo una concentración ante su ataúd de cientos que lo estimaban por su don de gente y su afable semblante.

Ahí estuvieron en esta sentida despedida al tercer cronista que ha tenido la ciudad, los promotores culturales Juan José Villela Rodríguez, Carmen Sofía Gándara, Rafael Briceño Lara, María Trinidad Mendoza y Héctor López, entre muchos más como los guías turísticos de la ciudad que constantemente abrevaban de su conocimiento.

Del mismo modo estuvieron presentes durante la homilía los ex alcaldes de Tampico, Magdalena Peraza Guerra y Fernando Azcárraga López; el ex secretario del Ayuntamiento, Juan Carlos Ley Fong, y la secretaria de Turismo municipal Elvia Holguera Altamirano, además de personal de las secretarías de Cultura y General del Ayuntamiento.

Al término del servicio religioso, el ataúd donde se guardaban los restos de Marco Flores fue llevado por el personal de la agencia funeraria hacia la entrada principal del templo, seguido de sus familiares, sobreviniendo un largo momento de aplausos de todos los asistentes.

En la salida, sobre la calle Emilio Carranza, frente a la Plaza de Armas, Juan Flores Rocha, "El Juglar", y el corresponsal en Tampico del Seminario de Cultura Mexicana, José Antonio Cruz Álvarez, emitieron sendas piezas, el primero musical, donde ensalzaron al cronista finado por sus aportes a la crónica de la ciudad y al amor que prodigó a la historia local, lo que fue agradecido de manera cálida por su familia.