Muy cierto es que siempre se debe tener cuidado, ver bien donde se está parado y que terreno es pisado para no dar un mal paso que luego traiga consecuencias.

O como dijera la abuela “Es mejor tener cuidado de no meter la pata” porque el costo puede ser alto y muchas veces después de un mal paso, un tropiezo o caída nada es igual.

Eso lo deben saber muy bien los políticos, aunque la verdad muchos de los que hoy se dedican a ese oficio poco les importa meter la pata.

La mayoría de los políticos de estos tiempos a menudo dan malos pasos o meten la pata, lo malo es que no reaccionan y creen que nunca pagaran por sus torpezas.

Claro que es válido, como dijera la abuela, meter la pata, no hay ser humano que no de un mal paso alguna vez, lo importante es tomar la experiencia, corregir, dar la vuelta a la hoja, hacer las cosas con más cuidado para no volver a caer.

Nuestros tropiezos o caídas nos enseñan que somos responsables de nosotros mismos, que tenemos, aunque caigamos, que esforzarnos para ponernos nuevamente de pie, en el camino correcto para llegar a nuestro objetivo.

Después de un mal paso se debe reflexionar, armarse de valor para levantarse sin mirar atrás y luego tener mucho cuidado, caminar correctamente para que luego el tiempo no nos cobre las facturas.

Y aplica en todo, en los tropiezos existenciales, políticos y literalmente caída física, de bulto, de golpe y porrazo, por un mal paso.

A diferencia de las metidas de pata de políticos o los malos pasos que tarde o temprano se pagan, las caídas físicas por un tropiezo, donde te levanta la vergüenza a pesar del dolor, es que el costo se paga de inmediato, son dolorosas, resultan caras e incomodas.

Nadie está exento de caídas en la vida o dar un mal paso físicas, igual todos podemos sufrir un accidente por no tener cuidado donde se pisa, pero aseguran los doctores que es mayor el número de mujeres quienes los sufren, razones varían, tacones altos, por andar a la carrera, bajar rápido de un vehículo o hacer varias cosas a la vez.

Pero en ocasiones no se dan cuenta que la edad o condiciones físicas ya no son las mejores para andar apresuradas entalonadas, sino que ya se debe bajar el ritmo y si es posible el número de tacón, ir sin prisa para poder disfrutar mejor la vida sin tropiezos, sin caídas por malos pasos.

Lo decimos por experiencia pues hace días dimos un mal paso, olvidamos que muchas calles de nuestra hermosa ciudad están destrozadas y se tiene que tener mucho cuidado al pisar, el resultado, esguince en tercer grado en un tobillo y astilladura en otro, caída fatal, la recomendación del traumatólogo, inmovilización, reposo absoluto por lo menos cuatro semanas, y la verdad es desesperante, pero sirve para la reflexión, ya no se tienen 30 años ni la agilidad física es la misma.

En fin, la situación es que en la vida diaria para todos siempre será mejor tener cuidado al caminar, ver bien el paso que se va a dar porque algunas caídas, como las existenciales, sirven de experiencia para ponerte de pie y continuar más firme que nunca, de otras no te puedes levantar, los malos pasos tarde o temprano cobran las facturas y las metidas de pata de los políticos muchas veces aunque quieran no las pueden remediar.

Por lo tanto es mejor en esta vida andar con cuidado, no dar malos pazos o meter la pata porque luego las facturas se pagan.

Rosa Elena González

Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10