Ahora que hay vacaciones escolares, podrían las autoridades municipales instrumentar un programa de bacheo eficiente y real en los alrededores de las escuelas, para procurar no afectar mucho a los ciudadanos que de todo nos quejamos y denostamos la calidad con que se desenvuelven, la honestidad con que actúan y la eficiencia que realmente no tienen.

El columnista circula seguido en los alrededores de la Escuela Secundaria Técnica Número 1, Álvaro Obregón, que por cierto, se encuentra detrás de las instalaciones del DIF municipal y un taller que repara patrullas del gobierno del estado de Tamaulipas.

Detrás de la instalación, en la calle 17, hay que ir sorteando una serie de hoyancos que dejaon hace mucho de ser baches y que siguen deteriorándose y deteriorando los vehículos de los victorenses, afectando así la autoridad con su incapacidad la economía de muchos de nosotros.

Bien podrían instrumentar sus programas de bacheo en esos sectores, hoy que no tienen demanda los cajones de estacionamiento aledaños, que no hay el tráfico infame que se presenta todos los días y ahorca la circulación.

Y nos podemos ir escuela por escuela, en un programa de bacheo que sería muy bien recibido al comenzar el ciclo escolar y daría tiempo de hacer bien las cosas.

Hay escuelas que tienen problemas serios con sus calles aledañas como es el caso de la Secundaria General número 4 que tiene, por su parte media una avenida que muy seguido se encuentra destrozada porque or ahí corrieron los arroyos naturales y veneros de la ciudad, y se podría pensar en restituir las calles seriamente, con materiales de calidad que permitan garantizar la inversión.

Entendemos que la ciudad completa necesita de la mano de una autoridad que ha dejado para después el cumplimiento de sus deberes, pero se nos ocurre que sería muy prudente hacer un programa que realmente nos beneficie, y por ello pensamos en los de las escuelas y sus alrededores, donde también podrían poner señalamientos en los sistemas de topes tan obsoletos que se depositan cada vez que alguien pide el favor a las autoridades.

Necesitamos una verdadera cultura vial, y podría comenzarse con el arreglo de las calles de las escuelas, para luego pedir a los profesores y personal en general que ayuden en la formación vial para que dejen de ser esos complejos problemas de tránsito, tráfico y vialidad que todos conocemos y padecemos.

Como referencia, el columnista vivió una experiencia muy positiva cuando radicaba en otra ciudad: las calles las cerraban a las 22 horas para cambiar la carpeta asfáltica, y para las 5 o 6 de la mañana, prácticamente ya estaban concluidos los trabajos de pavimentación, lo que permitía no afectar a los ciudadanos. Se pensabe en ellos y en todo momento en el tráfico.

Se podría cambiar horario de trabajo de algunas cuadrillas para hacer este tipo de esfuerzos en los que todos saldríamos ganando, y la autoridad municipal podría cumplir con los trabajos que está obligada a entregar y que, seguramente, veremos en los informes municipales próximos.

Los trabajos nocturnos siempre tienen menos riesgos por la fluidez vehicular, por el clima, ya que los trabajadores pueden realizar las faenas de una forma ya no digamos más fresca, sino menos bochornosa que mediodía, cuando realmente nuestra capital nos entrega temperaturas que pueden ser dañinas para la salud.

Quisiéramos contar con una autoridad que escuche, que no sientan que se les imponen cosas sino que se participa en las propuestas de solución que quisiéramos para nuestra ciudad, y quisiéramos también una autoridad que ponga manos a la obra en este tipo de acciones que realmente hacen mucha falta.

Y luego, establecer el programa de renovación de las carpetas asfálticas de acuerdo con el presupuesto con que se cuente, a los tiempos y a las necesidades de una ciudad capital que urge todos los días de la intervención creativa, ágil y dinámica de una autoridad que a la fecha solo se ha dedicado a darnos acciones que no conjugan con las necesidades ciudadanas.

Comentarios: columna.entre.nos@gmail.com

Carlos David Santamaría Ochoa

(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.

Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).

Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.

Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.

Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.

Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.