El pasado 2 de junio tuvimos las elecciones que les llaman intermedias en un sexenio atípico electoralmente. ¿Por qué atípico? Porque será el único que en 6 años tendrá tres elecciones de diputados locales, además esta elección en particular, donde se votaron solamente diputados locales, no la vamos a repetir, ya que se usó para homologarse con las elecciones federales y la de presidencias municipales.

Estas elecciones claro que dejan lecciones.  La primera lección es que fue la peor y más baja participación política en todo el Estado desde la transición a la democracia. Hubo distritos con el 46% de participación ciudadana y otros con menos del 30%. Estas diferencias muestran como de un año a otro disminuyó/cambió la participación de la ciudadanía en al menos 30 puntos porcentuales.

Habrá quienes digan que estas elecciones no importaban, que los diputados locales, no son quienes pueden cambiar de manera inmediata una solución en la cotidianidad como los presidentes municipales si lo hacen. Muchas excusas podremos tener para justificar esa baja participación. Los partidos políticos  no estuvimos a la altura y los candidatos tampoco y hoy le han dado la peor participación política al estado.

La Segunda lección es que los legisladores locales le han quedado a deber a la ciudadanía que no sabe para qué sirven, porque no han sabido comunicar su trabajo, fungir como contrapeso o sus propuestas han sido insuficientes. Por lo que en esta elección era muy difícil hacer que el ciudadano tuviera interés, por si solo y quisiera participar. También preocupa mucho el interés que se pudo tener en dejar esta elección sola, así como la del próximo gobernador, se puede intuir que no habrá mucha participación lo que facilitará el triunfo de las estructuras, osase la del Gobierno en turno.

La tercera lección importante es que vemos un cambio completo del cómo debemos hacer campañas políticas, las formas más tradicionales de como se realizaban han cambiado por completo, se debe de innovar. El voto corporativo cada vez es menos efectivo, se requiere de un mensaje fuerte y de una buena estrategia de redes.

Estas son algunas de las cosas que nos dejan las elecciones pasadas a todos los ciudadanos.

Al PRI hoy le toca entenderse como oposición, entenderse como un actor en un contexto completamente diferente y en el que debe acomodarse. En un año el sistema de partidos que entendíamos en México ha cambiado y tenemos que actuar en consecuencia.

Por eso desde el PRI Victoria vemos con mucho entusiasmo el proceso que permitirá la democracia interna para la selección de la dirigencia nacional.

Horacio Reyna de la Garza

 

Lic. en Ciencia Política y Administración Pública, tiene una maestría en Política y Gobierno. Es regidor del Ayuntamiento de Victoria y catedrático en la Universidad La Salle.