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Al mal tiempo buena cara, y a los candidatos…también

Por: Rosa Elena González El Día Viernes 26 de Abril del 2019 a las 22:55

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La verdad el refranero a veces es injusto, al mal tiempo buena cara, que fácil es decirlo, pero lo cierto es que en muchas circunstancias se piensa que DIOS  abandona, que la suerte se aleja, que las oportunidades están negadas y todo porque parece que la desdicha es mayor que la esperanza.

Injustos  con Dios, no nos damos cuenta que aun y en la oscuridad más densa hay un destello de luz que llena de esperanza y fortaleza para seguir adelante, que aunque el camino sea empedrado y la cuesta prolongada siempre habrá una salida, más cuando se mira con los ojos del alma y se pone un poco de inteligencia.

Como diría KALIMAN “siempre hay un camino por donde luchar cuando se sabe mirar con los ojos de la inteligencia” claro que esa es solo una frase de una vieja radio novela, pero que bien podríamos poner en practica siempre, más cuando se desea alcanzar metas.

No existe ser humano que no haya tenido altibajos en su vida, es más, en ocasiones es lo que se necesita para darle el justo valor a las cosas, lo que se tuvo o se tiene.

Descubres en las adversidades quienes son tus verdaderos amigos y quienes fueron los falsos profetas o  las piedras que golpearon tu destino.

El problema, el pero, es que en ocasiones permitimos que nos abrumen los problemas y no somos capaces de detenernos a pensar que hay gente que tiene desgracias mayores, que basta mirar a nuestro alrededor para percatarnos que otros sufren igual o más que nosotros, que se deben sacar fuerzas y sonreírle a la vida por el solo hecho de estar vivos, de ver un nuevo amanecer.

Se puede hoy no tener los lujos o comodidades a los que se estaba acostumbrado, pero tienes vida, alma, y fe, ese es un gran tesoro que ni con todo el dinero del mundo se puede comprar.

Hay gente que vive feliz el día a día, solo le basta poder levantarse, tener fuerzas para trabajar, y proveer a su familia el alimento del cuerpo y el alma.

El caso, la lección, es que nos hemos perdido en un mundo de intereses, compromisos, apariencias, en un mundo en el que llegamos a pensar que vale más quien más tiene y eso es falso, la verdadera valía de las personas está en su esencia, en el saber dar y recibir, el ser agradecido con DIOS y la vida.

Muchas familias en la ciudad viven apresuradamente y poco tiempo ocupan en la reflexión, no le dan valor a las cosas sencillas pero llenas de grandeza, diariamente tienen en su mesa, pollo, carne, pescado o ya de perdido lo consumen una o dos veces por semana, es algo normal por eso en ocasiones se desprecia, mientras  hay otras personas que ni siquiera lo conocen o hace meses que no ven la carne.

En el medio rural, por ejemplo, comer una gallina es motivo de fiesta, es para celebrar algo importante, la graduación del hijo, el cumpleaños de un miembro de la familia, que se tuvo buena cosecha.

¿En qué esquina perdimos la sensibilidad, en que rincón oscuro dejamos guardada la nobleza?, esas son preguntas para nosotros.

Un campesino platicaba con toda la sencillez y sus ojos llenos de bondad que se levantaba a las 5 de la mañana para ir al potrero antes de que calara el sol, que sentía el aire limpio y puro en su cara y en ocasiones el sereno estaban aún sobre los pastizales lo que era una buena vista, la pregunta es, ¿desde cuándo no escucha usted el trinar de un pajarillo, no contempla un amanecer, o la belleza de las flores?.

Porque dejamos ir los momentos que pueden ser el motivo para sentirte vivo y con fuerzas para seguir adelante siempre ha sido un misterio, triste, pero un misterio que se respira profundamente.

Hay que llenar el alma de alivio, salir a la calle a luchar por la vida y en contra de la adversidad, total, si el día de hoy no fue el que se deseó hay un mañana en el que las cosas pueden ser mejores siempre y cuando se haga el esfuerzo para lograrlo.

Debemos de estar conscientes que si nos sentamos a esperar a que las cosas sucedan quizá nunca veamos resultados positivos, nada cae del cielo, como dice ese viejo comercial de televisión, “si las cosas se hicieran fácilmente cualquiera las haría”.

Como ese campesino que no se queja para ser el ejemplo de su familia, aunque en el alma lleve la tristeza de que ya la tierra no produce como antaño, que el agua del rio se acaba, y que este año no mataran gallinas para festejar el cumpleaños de su mujer porque ya las vendieron para comprar frijoles y poder sobrevivir, siempre se ve fuerte y tiene esperanza en que las cosas mejoraran, no se sienta a esperar, no llora su desdicha y lucha para salir adelante.

Al escuchar a ese hombre queda una enseñanza de vida, se estruja el corazón y nos avergonzamos porque se cae en la realidad de que a veces solos nos hemos negado ser felices, por no luchar por lo que queremos sin obstinaciones ni falsas pasiones, porque en ocasiones somos conformistas o culpamos a otros de las tragedias sin luchar para ser mejores y con ello se llena el alma de dolor y se aleja de la bondad, la sensibilidad y nos ahogamos en rencores que el día de mañana seguro que no existirán.

Por  ese motivo siempre debemos darle al mal tiempo buena cara, luchar por lo que queremos, aprender a darle el justo valor a las cosas, ser felices aun y en la adversidad, reír, si es necesario llorar, pero nunca dejar de soñar y luchar para que los sueños se hagan realidad.

vida.diaria@hotmail.com

Rosa Elena González

Es Licenciada en Relaciones Públicas. Ha colaborado con editoriales en El Mercurio.
Actualmente su columna Vida Diaria se publica en el Portal HOYTamaulipas y los periódicos La Verdad de Tamaulipas, Expreso, La Extra, La Voz de Tula, El Tiempo de Mante y Astronoticias, El Bravo de Matamoros y Canal 10

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