Actitud de médicos, importante para romper brechas en vacunación
Buenos Aires,(Notimex).- Para aumentar la tasa de vacunación en personas adultas, la actitud del médico es extremadamente importante y el elemento clave para superar las dudas-percepciones del paciente respecto de la seguridad de esta herramienta de salud, manifestó el doctor Daniel Curcio, Director de Asuntos Científicos, América Latina de Pfizer.
En su charla “Buenas prácticas de la vacunación en adultos”, en el marco del Seminario de Vacunas de Latinoamérica de dicha empresa farmacéutica, el médico explicó que hay diferentes elementos que deben conjugarse para lograr que la población se vacune, pero sin duda es insoslayable el rol del médico para romper las brechas en este tema.
Para el caso específico de la vacunación contra la neumonía neumocócica, la tasa está por debajo de los objetivos deseados en grupos con factores de riesgo fuera de los niños menores de dos años, que son: adultos mayores de 65 años y quienes por otros padecimientos crónicos son vulnerables aunque sean más jóvenes.
“En una interacción médico-paciente, este primero debe tener una actitud positiva. Si ambos actores tienen disposición existe una probabilidad de 90 por ciento que la vacuna se aplique.
Por el contrario, si la actitud del paciente es positiva, pero la del médico es negativa, la probabilidad se reduce hasta ocho por ciento”, especificó.
Con la anterior, se deja claro que es prioridad derribar primero la barrera de los especialistas de la salud para aumentar la tasa, pues si bien la opinión del paciente es un factor importante, la falta de recomendación y compromiso del médico ha sido reportado como la piedra angular de las oportunidades perdidas de vacunación en el paciente adulto.
Además de la información y recomendación de aplicar la herramienta preventiva, existen otros factores que pueden impulsar a la población adulta y vulnerable a vacunarse, entre ellos ofrecer incentivos e implementar campañas estratégicas en las que se potencialice la movilización social.
“En Estados Unidos, por ejemplo, se llevó a cabo una campaña en el que se capacitó a personal auxiliar de la salud para iniciar debates para promover la indicación de la vacuna”, relató.
Por su parte, el doctor Alejandro Cané, Jefe de Asuntos Médicos y Científicos, América latina, consideró que también es necesario valerse de herramientas tecnológicas para ayudar en esta labor.
De igual forma difundir el impacto benéfico que se obtienen si la población adulta se preocupa por prevenir la neumonía neumocócia, y recordar el éxito que se ha tenido para erradicar otras enfermedades.
Cuando una persona, niño o adulto, se vacuna contra la neumonía, no solo se protege así mismo, también ayuda a que la familia esté lejos de la enfermedad. “Los niños son portadores de muchos virus y bacterias que reparten en todos lados, a sus abuelos, por ejemplo”.
Algo similar sucede a nivel social, entre más personas estén protegidas contra una enfermedad, menos contagios habrá dentro de una población, a esto se le refiere como “protección rebaño”.
Cané agregó que para cumplir con la prevención y control de las enfermedades inmunoprevenibles, se debe garantizar el acceso universal y obtener tasas óptimas de cobertura.
Para ello es necesario identificar las vacunas con bajas tasas de cobertura, definir cuales son las dificultades e implementar estrategias para superarlas.
“La disponibilidad de las vacunas no garantiza su aplicación, por lo que se requieren estrategias para erradicar problemas como el desconocimiento, y temor a efectos adversos”.
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