Ion Luca Caragiale destapa su humor en “La posada de Manhuiol”
México, (Notimex).- “La posada de Manhuiol”, de Ion Luca Caragiale, muestra de los inicios de la literatura del absurdo europea, fértil corriente que dio lugar a algunas de las mejores obras de la modernidad, y un libro que permite descubrir a uno de los autores rumanos más importantes, ya se encuentra en México en versión en español.
La traducción de la obra se debe a Elena Borrás y a Enrique Nogueras, quienes en 176 páginas dieron forma a una nueva gran obra que deja ver que, dotados de un sutil sentido del humor, los relatos de Caragiale muestran por un lado una fuerte raíz popular, al mismo tiempo suponen una muestra de los albores de la literatura del absurdo.
Consecuentemente, son el antecedente de la mejor narrativa centroeuropea del siglo XX, es decir, un fermento literario del que surgieron posteriormente las obras de autores tan importantes como Franz Kafka, Samuel Beckett y Eugene Ionesco; los personajes de los relatos de Caragiale andan perdidos en la burocracia y a veces en las costumbres sociales.
Ellos se preguntan sobre sus verdaderas razones e intereses (por ejemplo, “El amigo X”), no obstante lo cual, Caragiale se asoma al sinsentido del mundo moderno con un delgado sentido del humor y un cierto dejo de melancolía. Entre sus protagonistas están viajeros atrapados por los encantos de una posadera y amigos víctima de favores muy imprecisos.
También desfilan en estos cuentos contrabandistas que demuestran un extraño sentido de la justicia y aficionados a la música capaces de dejarse pegar en la cara antes de cambiar de opinión, seres que luchan por escapar de alguna contradicción, quizás como el mismo Caragiale, quien durante su vida osciló en posiciones políticas y literarias contradictorias.
Sus personajes luchan por establecer su verdadera entidad (como en “Ion”) y los entornos de sus cuentos, absurdos y al mismo tiempo veraces, poseen normas propias y recuerdan a las situaciones kafkianas que décadas más tarde irrumpirían en la literatura europea, cambiándola para siempre. La ironía política sí se asoma, en relatos como “El fueblooo”.
Junto a lo anterior, hay en este libro relatos de ambientación popular que recrean la rica y diversa Rumanía (“La posada de Manhuiol” o “Un cirio de Pascua”) donde la cultura se muestra como una mezcla de elementos judíos y cristianos, griegos, turcos y rumanos, al estilo de Ion Luca Caragiale (Prahova, 30 de enero de 1852-Berlín, 9 de junio de 1912).
Este fue un dramaturgo, periodista y escritor de cuentos cortos rumano, considerado hoy uno de los mejores dramaturgos de su país. Fue elegido post-mortem miembro de la Academia Rumana y su obra de cuatro décadas cubre el cambio entre Neoclasicismo, Realismo y Naturalismo, basándose en la síntesis de las influencias extranjeras y locales.
Sus obras constituyen un foro para la crítica de la sociedad rumana de fines del siglo XIX y principios del XX, cuando el país estaba resurgiendo de una dominación extranjera. Caragiale osciló toda su vida entre la corriente liberal y el conservadurismo. Su origen griego aparece en diversos momentos de su obra y fue motivo de desprecio por parte de sus enemigos.
Fue articulista en diversos medios y pronto pasó al teatro, género en el que sus primeras obras (“Una carta perdida”) obtuvieron un gran éxito. Ligado en un principio a la asociación cultural Junimea, un movimiento artístico-político de amplia influencia en la Rumanía de aquella época, terminó enfrentado a muchos de sus miembros por sus ideas.
En 1879 estrenó su comedia “O noapte furtunoas?” (“Una noche tormentosa”), una de sus piezas más importantes. La mayoría de sus obras satíricas se dirigen a los republicanos liberales y los liberales nacionales, aunque también tuvo sus enfrentamientos con los conservadores. Debido a estos enfrentamientos se trasladó a Berlín, donde murió en 1912.
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