México, (Notimex).- México contará con la primera empresa de órtesis y prótesis biónicas para piernas, una tecnología que además de surtir al mercado privado podría proveer sus artículos al sector público de salud.

Luego de ganar diversos concursos de creación y emprendimiento, tres jóvenes egresados de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), decidieron conjuntar su talento para crear ORTEOPROTS, el nombre con el que estarán bautizados sus equipos de tecnología biónica.

En entrevista con Notimex, el ingeniero en mecatrónica, Cristhian Prieto, explicó que a diferencia de las prótesis mecánicas, las biónicas poseen movimiento y se controlan de forma natural con los deseos e impulsos eléctricos del usuario.

"Nos dimos cuenta que a nivel nacional ningún hospital ni instituto brindan prótesis biónicas y que una de las empresas que las vende a nivel internacional las da muy caras, mientras que otra a nivel nacional solo ofrece para brazos, de ahí que optamos por hacerla para piernas".

"Además, los datos del Inegi nos dicen que del total de la discapacidad en México, el 60 por ciento es causado por la falta de un miembro inferior o sea de las piernas", agregó.

Dijo que las prótesis de titanio, aluminio y nylon contarán con una aplicación y un programa para que por medio de electrodos puedan ser ajustadas en movimiento a las necesidades del usuario.

El joven de 26 años de edad aseguró que una vez ajustada, al salir del consultorio, la prótesis se puede mover sin necesidad de conectarse a ningún aparato gracias a los procesos de control autónomo y energía mioeléctrica.

Cristhian Prieto señaló que al utilizar materiales de bajo costo el precio de las prótesis tendrían un precio promedio de 10 mil pesos, un monto accesible, subrayó, pues otras empresas ofrecen prótesis biónicas entre 30 y 100 mil pesos.

Expuso que antes de sacar las prótesis al mercado, el próximo año, sus sistemas de rehabilitación que incluyen materiales de realidad virtual, programas y videojuegos buscarán abrirse paso en instituciones como el ISSSTE para que coadyuven en la rehabilitación de los pacientes, no sólo con discapacidad motriz sino también con parálisis facial.