México, (Notimex).- La Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil (AMPI) analizará el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) en el Primer Gran Foro AMPI 2017 sobre TDAH e impulsividad, el próximo sábado.

En un comunicado, la presidenta del AMPI, Rosa Isela Mézquita Orozco, alertó que el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad afecta a un porcentaje elevado de la población infantil y juvenil, estimando entre 4.0 y 8.0 por ciento de niños que viven con este padecimiento.

“Se sabe que de los niños que cursan TDAH en la infancia, 50 por ciento de ellos continuará con TDAH en la adolescencia; y de los adolescentes con TDAH, el 50 por ciento de ellos vivirá con TDAH en la vida adulta”, aseguró.

También indicó que dicho foro está dirigido a padres de los niños, ya que son ellos los primeros en tener contacto con ese padecimiento y que viven el día a día los síntomas del trastorno, lo que dificulta la convivencia diaria.

La especialista añadió que también se suma la inatención, hiperactividad e impulsividad que impactan la calidad de vida del paciente en todos los niveles y en sus entornos sociales como la escuela, familia y relaciones interpersonales.

Respecto al entorno escolar, la presidenta de la AMPI enfatizó que se debe tomar en cuenta a los profesores, quienes también requieren conocimientos para saber y entender los problemas que presentan los niños con dicho déficit.

Los maestros, añadió, son los primeros en detectar situaciones relacionadas con ese trastorno en el ambiente escolar, ya que los problemas conductuales y de aprendizaje les resultan más evidentes en el día a día.

“Los chicos acuden a la escuela desde que son preescolares, el estilo de vida en este siglo XXI, las exigencias académicas y sociales incorporan al niño al sistema escolar desde edades muy tempranas y el TDAH está ya presente en la mayoría de los niños afectados”, añadió la presidenta de la AMPI.

Mézquita Orozco refirió que los síntomas suelen detectarse alrededor de los seis años de edad y en casos graves los síntomas ya están presentes desde los tres o cuatro años de edad y los principales síntomas son la falta de atención, hiperactividad, así como impulsividad.

También se presentan alteraciones en las funciones cerebrales superiores que repercuten en fallas en el aprendizaje, y debido a que es una falla en el neurodesarrollo, implica también repercusiones en el lenguaje y la psicomotricidad, o trastornos específicos para el aprendizaje de la lectura, la escritura y las matemáticas.

Si dicho trastorno no se atiende de manera adecuada, se puede complicar el desarrollo del menor, ya que estarán crónicamente frustrados, con dificultades para adaptarse a la escuela y a la sociedad y con dinámicas familiares alteradas, llamado comorbilidad, advirtió.