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Cartas a un profesor de derecho...

El Día Lunes 15 de Mayo del 2017 a las 08:00

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Miguel Carbonell
Para todos los grandes maestros en su día

El peso histórico que lleva en sus hombros Miguel Carbonell, al escribir la trilogía de ¨Cartas¨, sin duda, lo consagra como uno de los juristas líderes e inspiradores del siglo XXI. Fundando su decir y hacer con los más de 27 años de experiencia docente, desde el tercer semestre de estudiante de derecho en la UNAM, inició su aventura intelectual como profesor de la materia de ¨Introducción al estudio del derecho¨, a la par como estudiante, también.

Un bosquejó de estos tres libros, indispensables para los estudiosos del derecho, lo fue su obra: ¨La enseñanza del derecho¨ de editorial Porrúa en el 2004. Inició con ¨Cartas a un estudiante de derecho¨ publicada en el 2011, pasando por 18 ediciones corregidas y aumentadas, por diferentes casas editoriales e incluso internacionales, ha sido una gran referencia para motivar e impregnar de idealesal estudiante universitario, en esta difícil, pero gratificante carrera.

En el 2014 nace la obra que hoy nos toca reseñar, cerrando esa pinza intelectual con su tercer estudio ¨Cartas a un joven abogado¨ en octubre de 2016, haciendo una radiografía pulcra del recién egresado de la carrera de la licenciatura en derecho, los errores y aciertos que se cometen.

Trilogía esta, que en su redacción y capacidad de sentisteis nos hace ver a través de sus páginas, como si realmente Miguel Carbonell tuviera, en su biblioteca personal, ¨una bola mágica de cristal¨ y de ahí pudiera ver el pasado, presente y futuro del derecho.

No exageramos cuando afirmamos que el autor, en esta magnífica obra, ¨Cartas a un profesor de derecho¨ se consagra, hoy en día, como uno de los juristas de mayor importancia en este nuevo siglo; estando no solo a la altura de las circunstancias intelectuales, sino tecnológicas, pareciera ser que el Dr. Carbonell ha viajado en el tiempo y aprendió muy bien las nuevas técnicas y herramientas digitales, mismas que forman parte de su éxito en su Centro de Estudios Carbonell.

La obra inicia con la humildad que caracteriza a su autor, en donde nos hace referencia que no siempre el alumno (a) más aventajado en clase, es un brillante profesionista; en contraste, ocurre que el estudiante distraído, poco participativo, se puede convertir en un excelente profesional del derecho.

De ahí inicia la principal tarea del profesor, de no etiquetar al estudiante como malo o bueno y augurarle el éxito o fracaso del mismo; nos confiesa el autor, que una de las principales motivaciones en su carrera profesional, fue una maestra que duramente le llamó la atención, por estar hablando cuando ella exponía su clase, y sentenció que dudaba mucho que pudiera llegar a ser un abogado de éxito; lo que le permitió un reto personal, al hoy autor de más de 72 libros, ser uno de los juristas más importantes.

La labor del profesor, se compara con la del campesino, quien siembra una semilla con la esperanza de tener un buen fruto, así es en la docencia, ningún maestro o campesino siembra para tener una mala cosecha, por el contrario, debemos poner mucha atención en la tierra y en su crecimiento, cuidando su resultado con vehemencia.

La obra nos lleva de la mano por un paseo, sutil, noble, de mucha visión para quien ejerce la enseñanza del derecho, desde la importancia de la historia, la necesidad de aplicar la tecnología como herramienta fundamental de trabajo jurídico.

Nos lleva a un claro entendimiento de la importancia del jurista y la política, nos comparte su experiencia de su lectura de autores como Norberto Bobbio, quien nos refiere que la independencia de la política ordinaria es importante, sin llegar a su indiferencia, que son piezas claves en la formación de generaciones y del desarrollo de un país.

Su apasionamiento por el derecho, se desborda en sus letras, la importancia de herramientas, que siempre han existido, pero que no utilizamos, más allá de las digitales; nos refiere a las usuales, como lectura no jurídica, videos, cine; nos enseña que también son elementos de aprendizaje y de una mejor comprensión del derecho.

Esta obra, es la línea real que divide el antes y el después del jurista de este nuevo siglo, es el parteaguas que nos demuestra que las nuevas generaciones de abogados tienen que ser más completas y no encasillarlos en el ¨litigio¨.

Sí, estamos de la ruptura con la vieja escuela de la enseñanza del derecho, esto no lo señala el autor en su obra pero nos viene a la mente, las posiciones de juristas de principio de siglo XX y finales del mismo:¨Quién no dedique su vida a dar consejos jurídicos y pedir justicia en los tribunales, será todo lo licenciado que quiera, pero Abogado, no¨. 

¨El abogado es la persona que se vale de su sabiduría para dirigir, asesorar o guiar a las partes contendientes de un litigio, el abogado también debe tener vocación y cualidades éticas, psíquicas y cívicas¨

Por supuesto que el autor enfrenta una labor titánica, mayúscula, al enfrentar la historia y poder ser considerado como un insulto a los ¨dioses del derecho¨aquellos hombres e ideas que fueron perpetuando en miles de generaciones de abogados y que hoy nos enfrentamos a una cruda realidad que nos muestra y demuestra Miguel Carbonell en estas páginas.

Llevando en la sencillez de sus letras ¨un buen abogado es aquel que resuelve problemas, de la forma más rápida y más barata posible para su cliente. ¨ 

No solo debemos formar litigantes, también, existe una gran variedad de oportunidades, que nos hace mucha falta en nuestra carrera, un buen abogado puede ser aquel profesional que asesore empresas u organizaciones gubernamentales, en donde el abogado debe tener una visión completa de sus objetivos; atienda problemas sociales; pero no necesariamente litigantes.

Sin duda, es un libro de obligada lectura, no solo para quien tiene la gran labor de la enseñanza del derecho, como profesor, sino para el personal directivo de las instituciones educativas; a veces el ¨universo¨ de las carreras hace que descuidemos la exigencia mínima de la docencia y solo se dedican a un mero procedimiento mercantil, sin estándares de calidad.

Lo que este libro, cartas a un profesor de derecho, lleva consigo es la nueva piel del abogado del siglo XXI.

Heberardo González Garza
@HeberardoG
www.centrodeestudioslaboral.com
Interesados en los libros del Dr. Miguel Carbonell en Tamaulipas favor de enviar correo a: heberardoglz@gmail.com

 

Dr. Heberardo González Garza

Originario de Reynosa, Tamaulipas, es Doctor en Derecho por la UANL

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