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Trampaulipas o Mataulipas

Por: David Vallejo El Día Viernes 05 de Mayo del 2017 a las 10:06

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Consejo: La construcción de identidad implica el triple desafío (y riesgo) de confiar en uno mismo, en otros y también en la sociedad. Z. Bauman

Tamaulipas y Tampico me duelen, me duele lo que se dice de mi estado y mi tierra, me duele su sangre, me duele su miedo y sobre todo su apatía y encono. Siento envidia de escuchar sobre la paz de Yucatán y Baja California o el progreso de Jalisco y Querétaro. Siento tristeza de tener la tentación de migrar a algún lugar donde mi familia pueda desarrollarse mejor o estar más segura. Siento coraje cuando desde fuera se refieren a mi estado como Trampaulipas por aquello de la corrupción o a Mataulipas por aquello de la inseguridad. Como me gustaría decirles que mi estado es mucho más, que la tierra en la que nací y crecí me dio oportunidades y recuerdos memorables, que me dio identidad y orgullo. Mi orgullo esta pisoteado y lucho porque se levante, por contribuir desde esta columna en generar conciencia y que no gane la batalla el desanimo, porque sin duda, éste que a su vez propicia la apatía que representa uno de los dos factores que nos tiene así. El otro factor, sin duda es que somos una sociedad dividida por el egoísmo de la competencia o por el encono y estrategia política que dicta que es más fácil gobernar pulverizando y comprando los contrapesos políticos, mediáticos y sociales, que permitir y propiciar su desarrollo para que el sistema político evolucione y evolucionemos todos hacia una mejor sociedad, una más civilizada y responsable. No son momentos para el regaño o para que los de arriba acusen a los de abajo y viceversa, la realidad exige solidaridad, coordinación y voluntad para superar los males que están tan presentes. Tampoco son momentos para el abandono, son momentos para el reconocimiento, la madurez, la prudencia y la gratitud.

Reconozcamos que desde hace tiempo somos noticia nacional, principalmente por acusaciones y señalamientos contra políticos por enriquecimiento ilícito; fugas de reos; secuestros; violencia y enfrentamientos en la frontera y la capital del estado recientemente. También que somos una entidad que se desarrolló tanto en torno a visionarios y emprendedores de la maquila, el campo y la industria como en torno a contrabandistas y traficantes. Tráfico y transito que enriquecen y que en nada justifican pero hacen tristemente comprensible los intereses que motivan la narco política y su cultura que se arraiga en una sociedad donde los valores cívicos se difuminan. Qué somos tierra tanto de políticos que amaron su tierra como Emilio Portes Gil, Marte R. Gómez, Alberto Carrera Torres y Norberto Treviño Zapata como de otros que se amaron más a ellos mismos...de cuyo nombre no quiero acordarme. También de líderes sindicales representantes legítimos de causas sociales y otros sólo de organizaciones y excesos. Qué somos un estado rico en gas y petróleo que o mueven o lentifican ante su efecto adictivo que en los débiles les eleva el umbral de placer y a la vez, les mata neuronas. Qué somos un estado donde algunas ciudades crecen desordenadamente al ritmo de la migración motivada por el sueño americano y otras decrecen ante cuotas, amenazas o el mismo sueño americano. Qué hoy somos un estado de cambio y alternancia, de decepción, sumisión y desesperanza para algunos y de venganza, justicia o esperanza para otros. Qué somos un estado cuya identidad la da su riqueza cultural diversa más allá del himno, su escudo o hasta el cerro del Bernal.

Tamaulipas son muchos estados que conforman región, frontera del desarrollo. Qué sociedad y estado debemos reconocer lo que somos y cambiar lo que no nos parece, que si bien, nuestra diversidad nos da riqueza, sólo nuestra unidad nos dará fortaleza. Qué es tiempo de exigir a nuestras autoridades que se pongan de acuerdo y que nos den resultados o al menos muestren la voluntad para alcanzarlos. Que queremos el Tampico hermoso, la Victoria amable, la Matamoros Heroica o la Reynosa pujante de antes y a la vez, el progreso que da la modernidad de quienes la saben entender y aprovechar. No dejemos que una cultura de violencia y narcotráfico se arraigue aún más, evitemos que los niños jueguen a ser Zetas o Golfos y lo hagan mejor soñando ser empresarios exitosos o políticos honestos. Exijamos aquella cultura que no sólo tiene que ver con gastronomía o exhibiciones en el extranjero, sino más bien, con quienes en su arte generan reflexión propiciando la identidad y orgullo regional que tanto ocupamos.

Las regiones de Tamaulipas tienen poco en común, sin embargo, todas cuentan con particularidades que les dan vocación y fortaleza, además de ciudadanos que al mínimo estímulo sienten orgullo por su tierra, ciudadanos que crecieron en otros tiempos, con otros problemas quizás no tan graves o complejos. Quizás un poco menos los más jóvenes que desde los noventas sólo han vivido crisis económicas, morales y políticas, aunque algunos de ellos seducidos por la narrativa de sus padres buscan un Tamaulipas mejor, cuál tierra prometida, Macondo, la Antártida, la gran Paitití o mínimo uno más parecido al de las historias de antaño. Otros, como su servidor, tuvimos la fortuna de vivir otros tiempos.

En el recuerdo, siento amor legítimo por mi tierra, por el Tampico hermoso y su olor a tierra húmeda que me brindaba mango y aguacate por doquier; por su color rojizo al atardecer y gris tenue en las temporadas de lluvia; sus tortas de la Barda o del Globito (Gol...lo siento), las Gorditas de la corona (Gol...lo siento), los tacos del Bancomer (Gol...lo siento), el PAN del Itacate (Gol...lo siento) y las tartaletas de Super Cream (Gol...lo siento) que tanto saboree (se nota); su antigua aduana marítima, su catedral, su edificio de telégrafos y su puente que tanto me gustaban; su beneficencia, su aeropuerto comercial, su embotelladora, su televisora que me hacían sentir orgulloso de saber que fuimos pioneros; su Rockdrigo, TunTun y Mauricio Garcés que tanto me hicieron sonreír; su pirámide de las flores y las suásticas de catedral que llamaban tanto mi atención; las composiciones del Dr. Sierra Flores, la orquesta sinfónica de la UAT o el Tesoro de la Sierra Madre con Humphrey Bogart que me hacían soñar; Las noticias con Núñez de Cáceres, las del Sol los domingos, el sombrero Blanco y negro de Canal 9 o los videos de Number NINE, el Rubí y su hora exacta en la que tanto confiaba; Caminar por su plaza de armas, nadar o andar en lancha en el Chairel o ir a ver a las Jaibas Bravas que tanto me emocionaban, esas de Reynoso y Lira; sorprenderse con las ardillas y loros de la plaza de armas, con Juancho y los demás lagartos, o las toninas y mapaches de la escollera (aunque son Cd. Madero) pero al final lo que más disfrutaba, era a su gente, gente buena entrañable, algunos de ellos amigos de por vida siempre cercanos pese a la distancia y el tiempo. Tampico Hermoso por su gente y alegre pese a Hilda, Gladys, Gilberto y Janet. Tampico aún hermoso y alegre pese a los secuestros y su lento desarrollo urbano, sin duda por periodos constante, pero siempre más lento que el de su industria y comercio. Ojalá siempre sus gobiernos estén a la altura de su gente.

Hace uno días fui de vuelta a mi hogar como cantara DTNT en visita familiar y aproveché para conocer el nuevo centro comercial, Altama City Center. Me dejo gratamente sorprendido por su dimensión, pero principalmente por su éxito. Lo que fuera un deseo añorado en la zona por muchos años, logró su culminación en esta época difícil y estaba abarrotado, sin duda, gracias a los buenos oficios de empresarios inteligentes que además de amar a su tierra, le apuestan a ella. Fueron perseverantes a diferencia de sus gobernantes que llegaron y nos vendieron proyectos a mediano y largo plazo que siempre quedaron truncos ante los nuevos proyectos de los nuevos gobernantes.

El desarrollo de las ciudades y su paz parte del amor e identidad de su gente que ante dicho orgullo no permite la política corrupta y no da pie ni tregua al crimen organizado. Ese amor por la tierra que hace que las personas se unan con un propósito sin distingo de sellos o colores. Vuelvo al puerto para dar un ejemplo al respecto, fueron los mismos empresarios del sur que ante una crisis de inseguridad se organizaron para levantar la voz y comprometer a los tres órdenes de gobierno e instalaron la mesa de Seguridad y Justicia que hoy en día es ejemplo nacional y orgullo local pese a que algunos no la han valorado como se merece porque no fueron parte de su conformación o porque creen que saben más que muchos, más que aquellos que han vivido el problema, que supieron organizarse y que han sabido hacerse valer. Tampico aún vive grandísimos desafíos, sin embargo ha demostrado una y otra vez que gracias a su sociedad SIN EMBARGO SE MUEVE. También ha sido así en otros municipios de la entidad, todos cuentan con gente inteligente, valiosa y emprendedora, ojalá algún día se unieran todos con la única causa de que el Estado saliera adelante. ¿Se imagina lo que lograríamos? Qué empezáramos con la instalación de mesas de seguridad y justicia en todo el estado, luego, quizás, con una campaña para fomentar valores o el desarrollo de una cruzada cultural, después un plan de desarrollo que tome en cuenta la vocación productiva de cada región y establecer un plan de trabajo que comprometa a las autoridades más allá de la narrativa de las metas y propósitos horizontales y transversales de costumbre cuyo diagnostico siempre está más motivado en la crítica al pasado que en visión a futuro.

No dejemos que el ánimo decaiga, confiemos en nosotros, en que podemos ser parte de que las cosas cambien si nos comprometemos y participamos en la buenas causas. Motivemos y confiemos en otros, en que llegarán jóvenes o bien que surgirá una nueva clase política de la sociedad ante el grito de AUXILIO. Una clase política que ame legítimamente a su tierra y que no se maree sobre ladrillos, ni se venda, confiemos que como sociedad aún existe la esperanza, sobran los motivos.

"Su servidor les dice, gracias perdón, hasta mañana" Carretero. "ARROZZZ" Garcés.

Placer culposo: Escuchar el nuevo disco de Café Tacvba, Jei Beibi. Los tacubos siempre evolucionan cuánticamente, hacia adelante y hacia atrás o incluso hacia un lado, representando este un movimiento hacia la izquierda.  También en ingles, van dos joyas: Dan Auerback, Waiting on a song (Rock clasico) y Chris Stapleton: From a Room: Volume 1 (Country rock).

Leer al israelí Etgar Keret en especial sus cuentos plasmados en "tuberías" quien desde la ficción se posa sobre la realidad y nos muestra una realidad absurda perfecta y sencillamente narrada.

Quiero que Chávez (aunque que lo hará el Canelo).

David Vallejo

Nació en Tampico, Tamaulipas en 1979.  Es licenciado en Ciencia Política y Administración Pública por la UDEM, cuenta con maestrías en Política y Gobierno por el Colegio de Tamaulipas y Administración Pública por el INAP - IOUG. Actualmente estudia la maestría en Comunicación política y Gobernanza y es doctorando en Ciencias Sociales. Ha sido funcionario y profesor, comprometido con la buena política y la naturaleza, hombre de familia, melómano y lector.

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