Reflexión: “Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean  uno, así como nosotros”. (Juan 17:11).

“Mas no solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh padre, en mí, y yo en ti”. Juan 17: 20-21

Mi concepto de la Semana Mayor, es como un recordatorio a la cristiandad, que Dios hecho hombre, vino a salvarnos de nuestros pecados en la cruz del calvario, y para que aprendamos a servir a Dios no a las cosas de este mundo.

Para amar a Dios de todo corazón, alma, mente y fuerza, debemos no tener ningún otro dios, persona o ideología por sobre nuestra devoción a Él. Jesús vivió en la práctica. Rechazó toda idolatría, dejando al descubierto las tentaciones a poner la devoción a la piedad religiosa, a la familia, al poder, y a la riqueza material por sobre nuestra consagración a Dios.

No quería que el pueblo se perdiera de conocer al Dios real por seguir satisfacciones superficiales ofrecidas por los falsos Dios del mundo. El problema con todos los ídolos es que no tienen el peso de Dios.

ORO A SU PADRE POR LAS NECESIDADES DE OTROS

Emitamos a Jesús, el estar en contacto con nuestro Padre Celestial a través de la oración. En los evangelios (en los Evangelios en forma constante se nos dice que Jesús oraba), los que los hemos aceptado como nuestro redentor, no sólo debemos orar por nuestras propias necesidades sino por las necesidades  de otros.

Poco antes de su arresto y finalmente su muerte en la cruz, oró, no solo por sus discípulos, sino por los que con el correr del tiempo responderían al mensaje del evangelio mediante la enseñanza de los discípulos.

Nunca subestimes el poder de la oración intercesora. Si afirmamos que Dios gobierna cielo y tierra, ¿no debemos entregarnos a Él en total sumisión, y confiar en que Él hará lo mejor para cada uno de nosotros?.

Si no pedimos, ¿cómo podemos esperar recibir su bendición?. No siempre podemos imaginarnos los caminos de Dios, pero como creyentes podemos respaldarnos y animarnos unos a otros, pidiendo a Dios que supla nuestras necesidades y nos cubra con su protección.

Nuestra convicción como cristianos, que cuando aceptamos Jesucristo de Corazón, si se lo pedimos con fe y arrepentimiento, el perdona nuestros pecados. Loa dirigentes religiosos de su época consideraban que el perdón de los pecados era algo reservado solo para Dios.

En su opinión, Jesús cometió blasfemia cuando perdonó pecados. Jesús demostró que tenía esta autoridad dada por Dios tanto el obrar milagros como el perdonar pecados. Jesús les comedió esa autoridad a sus discípulos y al cuerpo de Cristo (la iglesia) cuando nosotros, que somos miembros de su cuerpo, hacemos la obra de Cristo en el mundo.

 La Biblia dice: “Como me envió el Padre, así también yo os envío…Recibid el Espíritu Santo. A quienes remitiereis los pecados, le son remitidos; y a quienes se los retuviereis, les son remitidos. (Juan 20: 21-23).

Acepta a Cristo…ahora es el días Él tiene grandes bendiciones para ti…A todos mis lectores Dios los bendiga ricamente.

Benito García Islas

Nació en Matamoros Tamaulipas en 1938, su preparación académica universitaria, fue breve, su carrera de comunicador, lo aprendió en las redacciones de varios periódicos, ahí aprendió los diferentes géneros del periodismo.
Desde sociales, en aquellos gloriosos tiempos, de directores gruñones y enérgicos,  formaron profesionales del periodismo, con bases firmes y honesto, aún aspirante a reportero, lo enviaba a la fuente policiaca, que no era tan peleada como ahora, por los estrellitas de redacción.
Su carácter de aventurero, lo llevaron a trabajar en la redacción de El Mañana de Reynosa, en Matamoros, en la radio XEAM, en Tampico colaboró con el periódico el Mundo, ya desaparecido.
En Victoria, nuestra capital, llega en 1984, año en que se fundó el periódico La Verdad de Tamaulipas a la plantilla de sus reporteros, después de un año, ingresó al Diario, llegó al  Gráfico, al Expreso  y nuevamente regresó a la Verdad, dos veces más, ahora ocupa el puesto de jefe de corresponsales, en  el mismo periódico La Verdad de Tamaulipas.
En su prolija carrera se ha conducido con objetividad, serio y honesto en su quehacer como columnista y articulista, el respeto de la sociedad para este profesional del periodismo, se lo ha ganado a pulso, la honestidad es legado (la herencia), invaluable que deja a sus hijos y nietos y ahora una bisnieta.