Dice el diccionario de la Real Academia Española de estos “bichos” que es una palabra de origen náhuatl –chapolín-, y nos remite a la definición de langosta...
Por: Carlos Santamaría Ochoa09/02/2010 | Actualizada a las 15:05h
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Dice el diccionario de la Real
Academia Española de estos “bichos” que es una palabra de origen náhuatl
–chapolín-, y nos remite a la definición de langosta, que reza así: “ Insecto
ortópero de la familia de los acrídidos, de color gris amarillento, de cuatro a
seis centímetros de largo, cabeza gruesa, ojos prominentes, antenas finas y
alas membranosas; el tercer par de patas es muy robusto y a propósito para
saltar, es fitófago, y en ciertas circunstancias se multiplica
extraordinariamente, formando espesas nubes que arrasan comarcas enteras”.
También lo define
“como cosa o persona que consume o destruye otra”.
Vaya la definición
de los chapulines por el hecho de que andan, con sus patas traseras, saltando
de un lado a otro, apoyados en el vuelo de sus alas.
En este caso, el
término se emplea para ciertos especímenes que se desenvuelven, como dice la
RAE, en nubes que arrasan comarcas enteras, es decir, que llegan a los
municipios queriendo llevarse todo de todo para su causa. Son los que gustan de
buscar un puesto clave sin esforzarse, sin tener que esperar su turno o sin
gestionar las oportunidades de la política propias de quienes trabajan. Son
esos personajes que, al no conseguir la nominación por su causa, buscan alguna
otra, cualquiera que sea su ideología, para tratar de llegar.
Se les conoce como
candidatos –o precandidatos, hoy en día- y por lo regular, asisten durante años
a un partido político tratando de llegar a un cargo de elección popular. Juran
lealtad y sinceridad en sus palabras: los postulados de sus partidos los toman
y adoptan como propios y defienden la causa.
Un ejemplo es esos
individuos que, cobijados en el partido del “sol azteca”, buscan siempre la
diatriba, la mentira, la difamación por lo general, contra el PRI o contra
quien gobierna en México. Son parte insalvable en cualquier proceso electoral,
pero finalmente, buscan su beneficio personal. Mienten siempre al decir que
tienen principios, honorabilidad y una justa forma de pensar.
Hoy, los chapulines
han “brincado” de un partido a otro sin importar que sean totalmente ajenos a
sus postulados iniciales. No puede uno imaginarse que alguien que ha navegado
toda su vida con la bandera de la izquierda pueda, por ejemplo, afiliarse al
PAN, partido derechista mexicano. No concebimos el hecho de que se junten el
agua con el aceite para combatir algo que les hace más daño del que suponen.
El hecho de que el
PRI esté ganando simpatías en el país no les es nada grato.
Comprensible es lo anterior si
consideramos que son la oposición, la fuerza contraria, pues.
Y otros, que buscan
dentro del Revolucionario Institucional la nominación, pero a la hora del
proceso se afilian en una coalición curiosamente formada, con la idea única de
derrotar al PRI. No les interesa,
sinceramente, ganar para tener un gobierno de izquierda o derecha, solamente
llegar, ganar, triunfar y ya ahí, en el cargo, en caso de que la ciudadanía se
cegara y votara por ellos, hacer de las suyas y llevar a cabo lo que mejor les
sale: la traición.
Decimos el término
anterior porque no es posible que uno de nosotros piense que la forma de
gobierno tal es la adecuada y a la hora de la elección estemos defendiendo otra
causa y otra ideología. Eso no es honesto, no es justo, no es leal.
Durante años,
personajes ligados al partido en el poder a nivel nacional se han encaminado a
buscar la candidatura argumentando ser amigos del Presidente, relacionados con
lo mejor de sus institutos, y hoy por hoy, navegan con otra bandera: anuncian
que buscarán la gubernatura por otro partido que no es el blanco y azul, mismo
que, a fuerza de ser sinceros, cada día tiene menos oportunidades gracias a la
negligencia manifiesta que hemos palpado en el país entero.
Ya se presentó en
Durango un caso de esta naturaleza: el chapulín dio el salto a otros partidos,
y en Tamaulipas, uno de ellos también ha anunciado que buscará la candidatura
por otro partido: ex ave azul, el hoy diputado buscará por parte de
Convergencia la nominación.
Cierto es que a
veces no llegan a la candidatura los que merecen pero, vale la pregunta: ¿Por
qué se meten si no saben respetar las reglas?.
Claro, no es nada
agradable vivir expuestos a un desaire político, pero cuando se está en esa
actividad, hay que acostumbrarse a este tipo de medidas, que en ocasiones, y
como dicen algunos, se buscan por estrategia política.
En Tamaulipas, el
PRI ha registrado una alianza, que no es lo mismo que brincar de un lado a
otro; el PAN, seguramente buscará tener una fuerza representativa que le ha
arrancado la voz popular; el PRD, por su parte, seguramente buscará mantener el
registro, porque a fuerza de ser sinceros, no tiene presencia estatal.
Y de los otros, los
“chiquillos” o “alternativos” como dice un dirigente de ellos, solamente
estarán en la “pepena” de quien haya sido desechado, para que, cómo un buen
chapulín, brinque para su causa.
Comentarios: santamariaochoa@prodigy.net.mx
Carlos David Santamaría Ochoa,
(México, D.F., 1957) Licenciado en Relaciones Públicas, Maestro en Trabajo Social y maestro en Comunicación; Doctor en Comunicación y Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela (Galicia, España). Diplomado en periodismo y en locución ( U.A.T.) Periodista desde el año de 1979.
Jefe de fotografía del periódico El Heraldo de México (1979).
Ha colaborado en los diarios locales El Mercurio de Tamaulipas, El Diario de Ciudad Victoria, La Verdad de Tamaulipas y en revistas como Poste Restante, A quien Corresponda, entre otras. Fue corresponsal del diario El Nacional, de la revista Época de México y de radio grupo ACIR. Fotógrafo profesional desde el año de 1978.
Fue jefe de prensa del Instituto Estatal Electoral en Tamaulipas y del Hospital General de Ciudad Victoria. Actualmente se desempeña como profesor de periodismo y fotografía en la licenciatura en Ciencias de la comunicación, en la Universidad Autónoma de Tamaulipas, donde también colabora como investigador.
Es presidente de Vive con Diabetes, A.C., dirige y conduce el programa de radio Al Día en Radio UAT.
Recientemente publicó su primer libro: Diario del Camino, Unidos por la Diabetes.
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