Este fin de semana presenciamos el cambio de poder oficial en el gobierno del estado de Tamaulipas, tanto en el congreso como en el Polyforum el gobernador electo Francisco García Cabeza de Vaca fue conciso al momento de pronunciar su mensaje. Recibe un estado con problemas financieros, de seguridad e inmerso en una evidente corrupción, fueron algunos de los pasajes de su primer discurso en el congreso. Ante el pleno legislativo e invitados, firmemente expuso su sentir acerca de la actualidad del estado y del enorme reto que tendrá la nueva administración en darle la vuelta a lo que mal se ha hecho en las administraciones pasadas, fueron sus palabras.

Posteriormente en el Polyforum, después de agradecer a muchas de las personas que lo acompañaron o han apoyado a través de los años, volvió  a poner los puntos sobre las íes, al dilucidar lo que se tenía que hacer para sacar a este gran estado adelante y al no permitir que continúen las malas prácticas que tanto lo han lacerado. Puntualizó que era una gran tarea y que era el tiempo de juntarnos toda la ciudadanía por el bien de Tamaulipas. Muy a su estilo, directo, frontal y sin mucha argot y/o rollo político, espetó y cautivó, dejando a muchos de los presentes y televidentes con un muy buen sabor de boca así como con una concordancia con su postura inicial.

Para mí en lo personal, lo más destacable resulta su postura de afrontar y de no anteponer excusas, la misma que dista mucho de lo que en años pasados habíamos visto y escuchado, del “aquí no pasa nada” o estamos bien y vamos mejor al “nuestro estado está en problemas y hay que sacarlo adelante todos.” Simplemente mencionando las existentes estadísticas las cuales nos colocan en muchos rubros como un estado con una crisis interna en cuanto a seguridad, impunidad, falta de empleos entre otros puntos.

Aun cuando pudiese haber voces escépticas que digan que los discursos y promesas son algo de lo que ya están cansados, que lo realmente importante es ver que trasciendan en acciones, pueden tener razón, al tristemente estar acostumbrados a ellos, (pero también mucho no se hizo para ponerles un alto) que lo que contará es constatarlo; y para eso debemos de dejar que pasen los días y ver que este cambio prometido y tan necesario se vaya realizando.

De las promesas de campaña y del primer pronunciamiento del nuevo gobernador nace una gran expectativa y eso lo remarco él, sabe perfectamente que el fallar en cumplir con lo prometido generará un efecto muy adverso que permeará y penetrará profundamente en el sentir del tamaulipeco a quien sus palabras hicieron vibrar y soñar con la posibilidad de una paz y desarrollo tan anhelados. Es el tiempo de aglutinar a lo mejor que el estado tiene, claro que se dará la preferencia a quienes lleven sus colores e ideología, para bien o para mal así será pero no se puede ya darse el lujo de no dejar a un lado las pésimas costumbres como las del compadrazgo, rechazó por una militancia política distinta, favorecer a aquellos de familias “acaudaladas”, nepotismo entre otros que tanto han devaluado al sistema administrativo público y por lo cual nos encontramos actualmente así.

No va a ser magia, pero ya no se pueden dar el lujo de ser excluyentes y menos discriminativos, existen muchísima gente valiosa que quiere ver a Tamaulipas boyante de nueva cuenta y que son gente honesta y de valores que seguramente estarán o están dispuestos a dejar todo a un lado por enfocarse en el proyecto máximo de todos, regresarle su grandeza a Tamaulipas. Por otro lado, claro que concuerdo con lo pronunciado de que no se deberá condonar a todo aquel que mal hizo, ningún borrón y cuenta nueva, ya estuvo bueno de dejar que las rapacerías no se castiguen.   

Es el tiempo de todos y eso hay que demostrarlo, y ya que estamos ante un reto grande, grande y fuerte tiene que ser el mensaje y los hechos; por ello recuerdo y retomo un fragmento de un discurso dado por Winston Churchill, quien inmerso en un sombrío escenario y con un enorme reto de frente dijo:

“Estoy seguro de que no se tolerará que nuestra causa se malogre en medio de los hombres. En este tiempo me siento autorizado para reclamar la ayuda de todas las personas y decir: Venid, pues, y vayamos juntos adelante con nuestras fuerzas unidas”.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)