Muchas veces se priorizan muchos temas según el orden de importancia pero otras tantas simplemente no se les da la debida relevancia. En mi experiencia de haber trabajado en áreas concernientes a temáticas del desarrollo económico y empleo, puedo comentar que este rubro es uno al cual se le ha minimizado fuertemente. Y esto no solo dicho desde la perspectiva estatal sino municipal, hablando de programas y/o políticas públicas. Es importante tomar en cuenta que el estar económicamente activo (laborando) es un factor determinante para el desarrollo no solo económico sino social. Se dice que los números son fríos y en este caso el que nos encontremos en el 8vo lugar entre las entidades federativas que más altas tasas de desocupación tuvieron en los pasados meses según datos oficiales, es para prender los focos rojos.

Más que hacer una recapitulación de los datos (para ello recomiendo leer la excelente columna de hoy del Dr. Jorge Lera Mejía) quisiera dar mi particular punto de vista al haber trabajado en cargos tanto en gobierno estatal, municipal y colaborado con instancias federales en temáticas concernientes a la generación de nuevas fuentes laborales.

Primero que nada desde la perspectiva municipal, hay mucho que hacer, en la gran mayoría de los municipios del estado aun teniendo casi todas un área concerniente al desarrollo económico, no se tiene ninguna programación específica y menos una metodología establecida; y en aquellos casos cuando se llegan a proponer y establecer, malamente no se les da continuidad. Tomando en cuenta que es el orden público el cual más cercanía tiene o debe de tener con la gente, por su naturaleza, se deja escapar oportunidades importantes para el establecimiento de programas específicos que fortalezcan dicho rubro y ayuden a los buscadores de empleo a encontrar la tan anhelada chamba que añoran. Dentro de la estructura municipal se priorizan siempre los servicios públicos, lo cual no está mal y radica en su lógica, pero se minimiza el rol que áreas concernientes al desarrollo económico puedan  jugar, en otras palabras, no le dan la importancia que merecen.

En el caso de la perspectiva gubernamental, aun cuando existen programas establecidos y con colaboración bipartita en conjunto con la federación, resultan ser no suficientes, aparte de que se peca de solo querer trabajar con lo existente y se relega la innovación y proposición de nuevos esquemas. Con esto no digo que no se trabaje duro, solo comento que no se hace lo suficiente. Un gran error es no darle su debida magnitud y fuerza organizacional a dichas áreas, cuando deberían ser prioritarias en toda administración. ¿O acaso no se ven encuestas en donde un tema siempre recurrente entre la ciudadanía es la falta de empleo? Y si a esto le agregamos que en muchos casos se ponen a personas que no solo no tienen el perfil para manejar estas áreas sino carecen de una clara iniciativa y comprensión cognitiva, pues caramba, que más se puede decir en tales casos.

El peor mal que se le puede hacer, es politizarlas o no tener una claridad de mente en el proceso de toma de decisiones. Y eso desafortunadamente, pasa más de lo que uno quisiera ver.

Desde el punto de vista de federal, aun cuando existen muy buenos programas para emprendedores, autoempleo, bolsa de trabajo, entre otros, muchas veces no se les da la difusión necesaria y falta amalgamar los esfuerzos con los otros dos órdenes de gobierno (municipal y estatal)  y diseñar nuevos programas que puedan activar en conjunto y cualitativamente la interacción gubernamental con participación directa de la iniciativa privada, la cual es la mayor generadora de trabajo; con incentivos para el empresariado y con una estructuración estratégica y eficiente para optimizar resultados.

Se dice que los números no mienten, para bien o para mal y en el caso Tamaulipas, si se vuelve necesario hacer un énfasis especial en los factores que están influyendo para tener los números que tiene. Si la gente tuviera más oportunidades laborales tendríamos menos incidencias delictivas y mayor crecimiento sustentable y en un estado como Tamaulipas, eso no es poca cosa.

Por eso estamos como estamos…

Tras haber obtenido resultados inéditos en cuanto a empleos generados, inversiones y programas establecidos en mí época como Director Municipal de Desarrollo Económico de la capital, presenté al Director de empleo estatal en turno un esquema innovador de trabajo que buscaba crear esa tan necesaria red de colaboración para entregar mejores resultados para la ciudadanía. Soberbiamente se reía de mí, diciéndome que ya tenían programas “fuertes” y que me agradecía la intención pero no les hacía falta la propuesta. Al mismo tiempo me llamaron del CIDE (Centro de Investigación y Docencia Económicas) de México, pidiendo pudiera hacerles llegar la propuesta.  Dicho esquema se empezó a utilizar en varias partes de la república con resultados palpables, hasta recibí invitación de una universidad del extranjero para ir a presentarlo. ¿Y aquí como les fue?

O como dice Armando Orta, “no le digo, puras charadas…”.

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)