Corría el año de 2007 cuando tuve la oportunidad de conocer la idílica isla de Cuba, paraíso terrenal, donde por el solo hecho de ser mexicano, todo isleño te considera hermano y nos conocen bastante bien gracias a nuestros artistas, cantantes y películas. Caminar por las calles de cuba es que la gente te diga: “¡Eh, mexicano!” y te comiencen a cantar “México lindo y querido”… o una de Juan Gabriel.

“Queridaaaaaa”, con acento cubano es una delicia.

Un cubano, ya entrado en confianza, me inquirió en una ocasión: “Oiga, una pregunta… siendo México un país tan machista, dígame, ¿cómo es que no se enojan porque Juan Gabriel es “pájaro”?” (la pintoresca expresión cubana para los homosexuales).

Yo solo le dije: Porque Juan Gabriel es Juan Gabriel, y su arte está por encima del machismo y de todo lo demás.

Al irse de este plano material, este michoacano humilde, adoptado por la fronteriza Ciudad Juárez, engullido y maltratado por la capital -cuando se llamaba Distrito Federal-, y que acabó echándose al bolsillo con sus canciones a América Latina y a una buena parte del mundo, nos mostró, a los mexicanos y al orbe, que la mexicanidad no es únicamente la que se rige por las normas de la heterosexualidad y el machismo exacerbado.

No todos son el Pedro Infante, el Charro Avitia, ni Vicente Fernández.

Él era Juan Gabriel.

El dulce, tierno y frágil muchachito que atesoraba su libreta de letras, que acabó encumbrado con más de 800 canciones, más de 100 millones de discos vendidos, prolífico cantautor que logró colarse en el imaginario de este caleidoscópico país, cuya diversidad étnica, geográfica y social, cuyos abismales diferencias se suceden junto a las múltiples coincidencias que nos convierten a todos en mexicanos, esa nacionalidad que en todas partes es conocida… por artistas como él.

Sorpresivamente, en pleno desarrollo de su ahora última gira, “Tour MéXXIco es todo 2016”, después de un exitoso concierto en Los Ángeles, california, Juanga se desprendió de su envoltura física a causa de un infarto, en su casa de Santa Mónica, Cal. La noticia dio la vuelta al mundo, causando estupor en los mexicanos que se resistían a dar crédito a tan triste hecho, mientras sus canciones comenzaban a sonar con mayor frecuencia que la de siempre: se nos había ido Juan Gabriel, y había que cantar…

Con condolencias de mandatarios como Barak Obama, menciones en medios de comunicación europeos y otros, su partida se vuelve trending topic en las redes sociales, mientras el mundo reconoce la grandeza de un hombre que en 66 vueltas al sol, fue buen hijo, gran amigo, excepcional artista, noble filántropo y enamorado de su amado país, trascendiendo fronteras y generaciones.

Y el que diga que estamos haciendo mucho escándalo con su partida, que tire la primera piedra y me jure, perjure y asegure, que no se sabe una canción de Juan Gabriel…

Ya sabe; eso digo yo.

LA CAJONERA…

1.- LA FRASE: “La música es la cultura que más pronto llega al pueblo”. Juan Gabriel.

2.- UN TROZO DE POESÍA: “El amor se dice cantando,/ lo demás se lo lleva el viento;/ el amor se dice cantando,/ lo demás es un pensamiento”. Juan Gabriel.

3.- MISCELÁNEOS: Y porque esta columna entera es dedicada al Divo de Juárez, anunciamos que este domingo 4 de septiembre, a partir de las 19:00 h, Ciudad Victoria lo recordará en un homenaje con artistas locales, en la Concha Acústica del Paseo Méndez. Convocan Colectivo Trueque, Colectivo el Aleph y el Municipio de Victoria, en una invitación para que la ciudadanía nos acompañe a celebrar a nuestro artista, que generosamente nos regaló memorias de vida al compás de sus canciones… venga a entonar todos sus grandes éxitos, a bailar, a soñar, por qué no, a llorar un poco, que todas esas emociones y sentimientos son los que nos hacen ser simplemente humanos… ¡Que viva Juan Gabriel

Lorena IlloldI

Tampiqueña de origen y victorense por adopción, es actriz, poeta, dramaturga, directora de teatro y promotora cultural independiente.
Parte del colectivo artístico EL ALEPH, colabora en medios electrónicos con su columna DIGO YO..