“El candidato soy yo, y mucho menos no soy, ni jamás seré Francisco García Cabeza de Vaca”

Baltazar Hinojosa

Frente a un discurso armado, pensando en la manera de cómo podían estar en la mente de los tamaulipecos durante la última semana de campaña.

El plan perfecto como consultores era crear la imagen de un deslinde, algo que no tuviese que ver en lo absoluto con los sistemas.

Dicha estrategia implementada la tarde del 24 de mayo en la ciudad de Tampico, tuvo más aciertos negativos que positivos, siendo motivo de memes y burlas, cayendo inclusive en el “framing” del oponente. Baltazar Hinojosa con un ritmo cardiaco más elevado y aumentando la tonalidad de su voz, grito a la acústica del recinto que él jamás sería Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

Y tuvo razón, jamás será gobernador. Por supuesto que él, hoy desearía ser Francisco Javier García Cabeza de Vaca.

A bien saber que el priismo en Tamaulipas no era bien visto por la ciudadanía y que el oponente había decidido jugar la elección, la única alternativa del PRI era apostarle a un “buen” candidato.

Durante la campaña, Baltazar era un candidato que se distinguía por llegar tarde a los eventos, situación que no era para nada bien vista por los amantes de la puntualidad.

En las caminatas, las suelas de los zapatos de Baltazar quedaban limpias al no superar las horas de recorrido planeadas, y en los discursos no lograba generar esa conexión con el electorado.

Era un candidato difícil, de esos que su personalidad y actitud pondrían a romperse la cabeza a más de un consultor político. Con poca empatía, exceso de soberbia, y unas muy nulas energías de querer ser gobernador.

Hay un dicho que dice, el diablo no era tan malo, nada más que tenía mal jefe de prensa, pero en esta ocasión Baltazar fue uno de los mayores culpables de la derrota del 5 de junio.

Cabe destacar que en su campaña, el sobrante de generales y sus sueños utópicos, fueron propicio a ese gran baño de realidad.

Dentro de la competencia en el marketing político, Cabeza de Vaca tenía profesionales trabajando de su lado. Con el slogan “De que se van, se van” en momentos de odio por parte de la ciudadanía, fue haber dado en el blanco. Hasta pareciese que trabajan en equipo los panistas, ya que el joven maravilla, Ricardo Anaya, esta utilizando un eslogan similar “De que se puede, se puede”.

En el equipo de marketing de Baltazar, parecía que adaptaban estrategias de otros lugares, cambiaron de estrategia como 2 o 3 veces y ninguna tuvo éxito.

Mucha razón tenía Cabeza de Vaca, de que se van, se van.

Tras la derrota Baltazar rápidamente regresó a San Lázaro para continuar con sus gestiones como Diputado Federal, a pesar de su repetitivo eslogan  “Nadie se va, todos nos quedamos a trabajar y progresar”

Hoy en día Baltazar amenaza con dirigir los rumbos del priismo Tamaulipeco, cosa que no es para nada bien vista por los grupos políticos del PRI en el estado. Pero en un partido donde se premia a los perdedores, que no nos sorprenda que el día de mañana busque alguna senaduría.

R-evolucionando: Baltazar emprendió una gira de agradecimiento que tuvo que suspender por que recibió más reclamos que buenas vibras, siendo la mayoría de los priistas los que lo culpaban por la derrota. Y a casi dos meses de la elección, se recuerdan las palabras de Baltazar Hinojosa, “Yo soy el candidato” Y sí… era el candidato…  “No soy y nunca seré Francisco García Cabeza de Vaca”, y efectivamente…

No será gobernador.

Ahí queda la reflexión y aprendizaje que todos estos personajes de la política nos dejaron.

1) Si de verdad buscas algo, a pesar de tener todo en tu contra. Ve y tómalo.

2) La constancia, buscar todos los días a cada instante tu para que de la vida.

3) No se construye política desde los escritorios.

¡Gracias por leer!

Correo electrónico: Rorro.alejandro@icloud.com

Rodrigo Alejandro Pérez González

Es licenciado en Comercio Internacional.
Presidente de la Asociación Civil, Sociedad Mostrando Vida A.C.
Y actualmente es conductor edición matutina de los Noticieros de Canal 10.