Como una práctica casi implícita en los comunicadores, editorialistas, mensajes políticos, etc., se acostumbra poner un título llamativo precisamente para atraer la atención del lector, como en este caso o cautivar un público objetivo. En muchos casos no necesariamente el título tiene que ver con el contenido del artículo pero sí se acostumbra que el escritor o el “perpetrador” como quieran verlo, lo mencione o incluya en el texto para justificar que se haya puesto. Algunos por necesidad de llamar la atención, otros por sátira, otros simplemente por el gusto de jugar un poco.

El poder de la comunicación puede ser una herramienta muy poderosa y no siempre para bien desgraciadamente, como lo vimos en el caso de Joseph Goebbels y su propaganda nazi. En este tenor la persona apela al lado perverso o morboso del ciudadano, tentando estos sentidos, cual carnada suculenta para un pez hambriento de ella. Diría un catedrático de quien recuerdo hasta el día de hoy su dicho, cuando revisaba trabajos que se le hacían muy planos o vagamente explicados:

“Compañero, le hace falta carnita”

¿Por qué existe mucha gente que ve un accidente y se para a ver la tragedia o sale de sus casas para ir a presenciar la escena? Si no son paramédicos, doctores o algo por el estilo la verdad no serán de mucha ayuda pero les gana la curiosidad y ese sentido morboso que de una manera u otra todos tenemos, solo que en unos aflora más que en otros. El deseo de lo no permitido, el saber algo picaresco, la fruta prohibida que sigue tentando.

Y no digan que no, hay que ser sinceros, tan seguro estoy de ello que revisaré la cuantificación de visitas a esta columna, en comparación con mi escrito pasado en donde hablaba de un valiente guerrero y de la invitación a abrir nuestros corazones para ayudar al prójimo.

Pero por otro lado, si llegaron hasta esta parte, toda paciencia y lealtad tiene su recompensa y si carnita es lo que buscan con carnita me despediré.

¡Recién salida del asador!

Extra, Extra….

¿A que Ex presidente del Tricolor, le recompensarán la deslealtad al otrora partido de sus “amores”, rentándole un inmueble de su propiedad, el cual está viendo sus últimos días como hotel y muy probablemente pasará a ser oficinas para la nueva administración entrante?

Hablando de picardías, picaresco personaje él.

Filtren el nombre ustedes…

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)